CADIZ 10 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Cádiz juzga mañana a un hombre de nacionalidad boliviana para el que la Fiscalía pide cuatro años de prisión por abusar sexualmente de su cuñada mientras ésta dormía, además de nueve meses más de prisión por un quebramiento continuado de dos órdenes de alejamiento sobre su pareja y hermana de la víctima.
Según la calificación del fiscal, a la que tuvo acceso Europa Press, los hechos se produjeron en octubre de 2004 en El Puerto de Santa María (Cádiz) y el acusado, R.R.R., súbdito boliviano, contaba con antecedentes policiales por presuntos malos tratos en el ámbito familiar, por lo que le constaban dos órdenes de alejamiento de su pareja J.V.A.
Al parecer, el acusado, conocedor de la vigencia de esas órdenes de alejamiento de su pareja, con la que tenía dos hijos en común, visitaba con cierta frecuencia el domicilio que había sido familiar con el consentimiento de J.V.A.
Así, en la tarde del 17 de octubre de 2004, como su pareja (J.V.A.) había conseguido regularizar su situación en España, decidieron festejarlo, por lo que se proveyeron de abundante cerveza y vino y acudieron a la vivienda el acusado, su pareja y la hermana de ésta (cuñada del acusado).
Según la Fiscalía, tras ingerir gran cantidad de las bebidas alcohólicas adquiridas, su pareja decidió acostarse en el dormitorio con uno de sus hijos. Pasada las dos de la mañana, bajo los efectos del alcohol, la cuñada, que había quedado en el salón de la casa con el acusado, se tumbó en el sofá y se durmió de inmediato.
Esta situación, según el escrito del fiscal al que tuvo acceso Europa Press, fue aprovechada por el acusado para, una vez que la vio inconsciente, forzarle la cremallera del pantalón que vestía, bajarle los pantalones y las bragas. Así, pese a que estaba comenzando a menstruar, consumó el coito en plenitud y eyaculó en el interior de la vagina de la cuñada.
La mujer se despertó cuando el acusado se dirigía al dormitorio de su pareja a pasar la noche y al advertir que tenía la cremallera rota y las bragas y la zona genital mojada, pasó al cuarto de baño, donde comprobó que junto a las manchas de la menstruación tenía otras blancuzcas que pensó que eran de semen.
Por ello, despertó a su hermana, quien le recomendó que denunciase lo ocurrido y fuese al hospital, donde una vez tomadas las muestras, comprobaron que era semen humano. Una vez contrastado el ADN de las muestras del semen obtenido con el de otras de flujo orgánico del procesado, resultó coincidir con un margen de probabilidades de 15 trillones de veces, "lo que acredita la autoría y realidad de lo denunciado".