GRANADA, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
El juicio que comenzó este lunes en la Audiencia de Granada por la muerte a tiros de dos hermanos de nacionalidad portuguesa tras una discusión en el interior de un restaurante del Parque Tecnológico de Los Ogíjares (Granada) el pasado 19 de octubre de 2009 ha tenido que ser suspendido este martes por la indisposición del acusado del doble homicidio, de iniciales F.R.F.
La vista ha sido suspendida inicialmente tan sólo diez minutos por el presidente del tribunal del jurado que enjuicia el caso, si bien, a la vuelta de ese lapso de tiempo, el procesado, de 32 años, ha vuelto a comunicar a su letrado que no se encontraba bien.
Poco tiempo después se decidía dar por terminada la sesión de este martes, para reanudarla el miércoles 45 minutos antes de lo habitual, a las 08,45 horas, dado el alto número de testigos que están citados hasta el próximo jueves. La Policía Nacional que custodiaba al inculpado se lo ha llevado entonces, detenido y con las esposas puestas, al hospital, para que fuera atendido.
Sólo tres personas, de las más de 15 propuestas, han comparecido este martes para testificar al respecto de lo sucedido. En primer lugar ha declarado la pareja del procesado, que, horas antes de que se produjeran los hechos enjuiciados, había discutido con la mujer de una de las víctimas, riña que motivó, según la acusación de la Fiscalía, que el procesado se peleara con los dos hermanos y acabara por disparar contra ellos en el interior del restaurante, de nombre El Cafetal.
La mujer, que lleva unos 12 años con F.R.F., con quien tiene una niña de dos, ha dicho que su pareja "nunca en la vida se ha peleado con nadie" y ha relatado que tardó en contarle que aquella mañana de 19 de octubre de 2009 había tenido un enfrentamiento con la mujer de una de las víctimas, con la que ya había tenido problemas anteriores que derivaron en un juicio de faltas, porque "a él no le gustaba" que ella se viera envuelta en situaciones similares. Según ha explicado, sólo le confesó lo que había pasado alrededor de las 13,30 horas de aquel día, justo una hora antes de que sucedieran los hechos, y después de que presentara denuncia ante la Guardia Civil.
Entonces, cuando ella se encontraba en el interior de la nave en la que posee una empresa textil, su pareja se quedó en el coche, pero al salir, se dio cuenta de que él no estaba. Al llamarlo al móvil, F.R.F. le dijo que se fuera de allí, que la "iban a matar" y comenzó a escuchar "muchas sirenas" de la Policía, tras lo que se dirigió hacia donde procedían, el restaurante donde sucedió todo, y pudo ver al acusado. Según ha asegurado, pese a que el procesado afirmó ayer que siempre llevaba un arma encima, ella nunca vio su pistola, y desconocía que él tuviera un arma.
En segundo lugar ha declarado un hombre que se aproximaba al restaurante cuando vio en la entrada del establecimiento "tirado en un gran charco de sangre" a uno de los hermanos, y posteriormente al que ha identificado como el inculpado con una pistola plateada en la mano, con la que corrió calle abajo.
El tercer testigo en comparecer ha sido uno de los cocineros de El Cafetal, que ha indicado que las víctimas llevaban años yendo a comer allí con su familia y que esta circunstancia era conocida por mucha gente.
El 19 de octubre vio cómo el acusado y los dos hermanos comenzaron a "pelearse a puñetazos" y, en un momento dado, observó, a tan sólo unos pocos metros, a F.R.F. sacando y cargando su pistola y disparar contra uno de los hermanos. Él se agachó entonces y no pudo ver nada más, pero cree que el inculpado podría haberse marchado del restaurante por la puerta para evitar más enfrentamientos en lugar de disparar, ya que consiguió separarse de los hermanos justo cuando estaba muy cerca de la salida.
El juicio continuará este miércoles con la declaración del resto de los testigos citados para este martes, y el jueves está previsto que lo hagan los peritos. Previsiblemente, el jurado emitirá su veredicto de culpabilidad o no culpabilidad el próximo viernes.
El acusado declaró este lunes que "nunca habría disparado" contra los hermanos "si no hubiese temido" por su vida, ya que sus víctimas estaban también armadas, y sostuvo que, pese a conocer que su mujer había discutido con la esposa de uno de los ahora fallecidos, no se dirigió al restaurante en el que éstos se encontraban con la intención de acabar con su vida sino para "almorzar", como "habitualmente" solía hacer, sobre las 14,30 horas.
"Todo fue muy rápido", señaló el procesado, que tiene actualmente 32 años, y que se enfrenta a penas de entre 32 años y medio de cárcel, que solicita la Fiscalía por dos delitos de homicidio y uno de tenencia ilícita de armas, a los 52 y medio que pide una de las dos acusaciones particulares, por dos asesinatos y la tenencia ilícita de armas. La defensa del procesado pide su absolución por haber actuado "en legítima defensa" y con la atenuante de trastorno psiquiátrico, puesto que se le diagnosticó una esquizofrenia en el año 2004.
