La policía que inspeccionó el dormitorio de la enfermera vio "dos jeringas, una aparentemente usada"

Actualizado: lunes, 19 mayo 2014 16:39

JAÉN, 19 May. (EUROPA PRESS) -

La agente de la Policía Nacional que se encargó de la "inspección ocular" del dormitorio en el que fue encontrada muerta en octubre de 2012 la enfermera A.O.G. --de cuya defunción la Fiscalía acusa a su marido-- ha declarado este lunes en la primera sesión del juicio con jurado popular que ha comenzado en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Jaén que cuando entró en el cuarto había "dos jeringuillas" en el dormitorio, de las cuales "una estaba usada aparentemente".

En su declaración como testigo, la agente ha concretado que la mujer tenía una jeringuilla "junto a su brazo izquierdo", y otra "sin usar en la mesita de noche", de modo que "por lo que se observaba", la causa del fallecimiento de A.O.G. "parecía un suicidio por los indicios que había".

En ese sentido, la agente ha indicado que "el resto de las habitaciones" del domicilio de este matrimonio se encontraba "aparentemente en perfecto estado", y el marido de ésta le contó "a la médico forense y a ella" cómo "se encontraba el cuerpo cuando la encontró" en el cuarto, que no era como luego la habían visto ambas, ya que siguió con ella un protocolo de reanimación que le indicaron desde Urgencias, según ha explicado la policía, que ha indicado además que "el cuerpo" de la enfermera "no presentaba signos de violencia ni de lucha".

Por su parte, la médico de emergencias que acudió al domicilio tras recibir el aviso del marido encontró "botes de 'Propofol'" en el dormitorio --un medicamento inyectable que su marido descubrió en 2012 que había comenzado a tomar, según ha declarado él mismo--, y cuando "le preguntó" al esposo de la fallecida por esa circunstancia, él le respondió que "ella se lo inyectaba cuando tenía turnos de noche muy seguidos y le costaba mucho dormir".

La facultativa ha indicado además que la "sensación" que tuvo al ver uno de los botes de 'Propofol' es que "había sido usado antes", porque tenía "un esparadrapo para fijar el tapón". También ha coincidido con la policía en negar que hubiera "desorden o signo de lucha" en la casa.

En la sesión de este lunes también han declarado tres agentes de la Policía Nacional que subieron la noche del 9 de octubre de 2012 al piso en el que fue encontrada la enfermera muerta, que han comentado que vieron al marido "nervioso" y que "sólo hacía llorar". Dos de ellos han afirmado que éste les indicó que "el día antes había tenido una discusión" con su mujer, y que ambos "habían tenido problemas de pareja anteriormente".

Por su parte, uno de los policías que llevaron inicialmente la investigación de este caso tras recibir una llamada del tanatorio realizada por el forense encargado de la autopsia alertando de que "había algo irregular" al hacer su trabajo, ha declarado que el marido de la fallecida les indicó que su mujer y él "habían discutido durante la comida".

No obstante, "al final casi de la declaración" el ahora acusado le dijo que "no había habido ni pelea ni discusión", así como que no descartaba que las "lesiones" que podrían haberse apreciado en el cuerpo de la mujer en el transcurso de la autopsia podían haber sido fruto de "una caída", porque él "en ningún momento la tocó".

EL JUICIO SE REANUDA ESTE MARTES

El juicio por este supuesto caso de asesinato se reanudará este martes a partir de las 10,00 horas, después de una sesión inicial en la que el primero en declarar ha sido el acusado, no sin que antes las distintas partes hayan defendido sus posiciones ante el jurado.

En su intervención, el representante del Ministerio Fiscal --que pide 18 años de cárcel para el encartado por un supuesto delito de asesinato-- ha remarcado que en la fase de instrucción de este caso se han apreciado "indicios de criminalidad" por parte del juez encargado de la misma, al tiempo que ha avanzado que va a sustentar su posición en "la declaración del acusado, las de los testigos y las de los peritos".

También ha aseverado que el cuerpo de la víctima presentaba "lesiones" que "se produjeron en vida", así como que "en la sangre" de ésta "no hay restos de 'Propofol', por lo que no pudo morir de eso", y, en cambio, "bajo una uña de su mano hay ADN del acusado".

La Junta de Andalucía se ha personado como acusación popular en este caso, al entender que "los hechos en principio encajan con un delito de violencia de género", y se ha adherido a la calificación de los hechos y a la petición de pena presentadas por el Ministerio Público.

Por último, la defensa del acusado ha centrado su intervención en defender la validez de las pruebas periciales encargadas por su parte primero a profesionales de la Universidad de Málaga y después a los profesores de la Universidad de Santiago de Compostela Luis Concheiro e Ignacio Muñoz, que concluyen en su informe que la causa del fallecimiento de la enfermera se atribuye "al parecer, a los efectos secundarios del consumo de un fármaco que produce apnea y depresión respiratoria".

En ese sentido, el abogado de J.A.P. ha calificado de "desastrosa" la labor realizada por el Instituto de Medicina Legal (IML) de Jaén en este caso, ya que "no realizó la investigación oportuna" para comprobar la presencia o no de 'Propofol' en la víctima, puesto que, para ello, "hay que tomar una muestra de sangre y conservarla a una determinada temperatura", cuando los profesionales del IML tomaron la muestra "el 10 de octubre y la enviaron el día 17 a Sevilla", donde se recogió "sin refrigerar".

También ha defendido que las "hemorragias" que podía presentar la enfermera podían haber sido producidas por una "defectuosa manipulación del cadáver", y que "se pueden producir hemorragias artefactuales", al tiempo que ha insistido en que no hubo "estrangulamiento" ni "golpes" en el cuerpo de la víctima, ni tampoco "sofocación ni heridas en la nariz", según ha concluido el letrado de J.A.P., que ha aseverado que su cliente "no tuvo nunca una mala palabra con su mujer".