SEVILLA 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
Uno de cada cinco andaluces mayor de 40 años sufre el síndrome de vejiga hiperactiva, según apuntó hoy la Asociación de Pacientes con Pérdidas de Orina y Urgencia Miccional (APPO), que advirtió de que los pacientes que se ven afectados por esta patología padecen, además, estrés, ansiedad y una reducción de la vida social del paciente.
Con motivo del 'LXXI Congreso Nacional de Urología', que se celebrará del 10 al 13 de junio en Sevilla, esta asociación de pacientes reclamó, en una nota remitida a Europa Press, un "mayor grado de información por parte de los médicos a sus pacientes", al objeto, añadió, "de hacerles conscientes de la importancia de su patología".
En este sentido, dicha asociación de pacientes lamentó que, pese a que la calidad de vida de este enfermos "se ve seriamente reducida", un "alto" porcentaje de los mismos sigue sin acudir aún a la consulta del especialista para recibir tratamiento "por vergüenza, asociarlo a la edad y creer que no tiene solución".
Los pacientes que padecen el síndrome de vejiga hiperactiva sufren diariamente y de manera frecuente una urgencia repentina de miccionar. La consecuencia de ello, es una alteración "significativa" en su calidad de vida, ya que afecta directamente "tanto a su salud y como a las actividades diarias que desarrollan".
Este síndrome, que afecta más a las mujeres que a los hombres, suele aparecer conb mayor frecuencia a partir de los 40 años de edad, siendo la edad un factor que agrava aún más la enfermedad. En Sevilla, lo sufren casi un 20 por ciento de su población mayor de 40 años, esto es, unos 157.000 habitantes.
Con todo, apuntan que los efectos perjudiciales del síndrome de vejiga hiperactiva se pueden contrarrestar con el desarrollo de elaborados mecanismos de adaptación, como orinar con frecuencia para evitar los escapes, conocer la localización de todos los servicios, beber menos o utilizar compresas.
La vida social también puede verse afectada ya que los pacientes limitan tanto el número como el tipo de actividades que desarrollan en su tiempo libre, por ejemplo la frecuencia de los viajes es menor o supeditan sus salidas a la presencia de baños. Ello, por extensión, afecta a los familiares.