SEVILLA, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, ha entregado este viernes en el registro del Parlamento el Informe Especial sobre 'Incidencia en el ocio juvenil en Andalucía de la ley 7/2006 (Ley antibotellón', en el que se recomienda a todos los municipios andaluces a la aplicación de este Ley, cuya puesta en marcha ha sido "positiva" para los pueblos "por cuanto ha posibilitado someter el ocio juvenil a unas normas y reglas de obligado cumplimiento", lo que ha hecho también que las quejas de las asociaciones vecinales "hayan disminuido".
Según ha explicado el Defensor en rueda de prensa, se ha realizado una investigación en la que se han incluidos los municipios andaluces de más de 50.000 habitantes, de la que el primer dato "relevante", añade "es que son más los municipios que han optado por autorizar botellódromos --16-- que los que han preferido la opción prohibicionista --11--". Entres estos últimos, especifica Chamizo, "se incluye Sevilla por aplicación directa de la Ley, al no existir un pronunciamiento claro por parte del Consistorio sobre cuál es la opción elegida".
En este sentido, ha explicado que está habiendo contactos entre la Defensoría y el actual equipo de Gobierno municipal "que ya está trabajando en este sentido" y "ya estamos pendientes de una solución definitiva", porque los botellones incontrolados surgidos en calles y plazas "siguen siendo una triste realidad". En cualquier caso, y hasta un pronunciamiento definitivo, Chamizo señala que Sevilla "opta por la prohibición absoluta", en pro de lo cual "ya están imponiendo numerosas sanciones", al tiempo que solicita al Consistorio sevillano llevar a cabo "una campaña donde llegue esta idea clara a los jóvenes".
En cualquier caso, y salvo algunas excepciones como la antes mencionada y los denominados macrobotellones puntuales, la aplicación de la Ley 7/2006 "está siendo positiva para los municipios andaluces", vuelve a resaltar el Defensor, quien, en relación con cuál es la alternativa más recomendable, prohibición o botellódromo, considera que "no existe una única respuesta válida a la cuestión o, más bien, que la respuesta debe ser diferente en función de las circunstancias que concurran en cada municipio".
Además, durante su intervención, Chamizo ha abogado por la presencia en los botellódromos de una "especie de mediadores", porque "hay que evitar incidentes violentos, que en algunos casos han llegado al asesinato", y, sobre todo, por la existencia de unos espacios públicos "debidamente acondicionados" donde se permitan las concentraciones de jóvenes para la práctica del ocio social.
Igualmente, y en cuanto a la conveniencia o no de erradicar el botellón como forma de ocio juvenil, la Institución "entiende que el principal problema de los botellones como espacio de ocio juvenil es que están muy ligados al consumo excesivo de alcohol que, hoy por hoy, constituye unos de los principales problemas de salud de la juventud andaluza". "No hay que olvidar que además del ruido y la suciedad que dejan los botellones, hay un montón de jóvenes que se están jugando su salud, y eso es algo que olvidamos cuando los otros problemas están resueltos, y ante lo que tenemos que ponernos firmes", señala.
No obstante, continúa Chamizo, la situación "cambiaría si se minorase ostensiblemente el consumo de alcohol en los botellones y los botellódromos se convirtiesen en lugares de encuentro y relación entre jóvenes, donde el consumo de alcohol no fuera diferente del que está socialmente asumido en el ámbito de las relaciones interpersonales entre personas adultas". Además, agrega que "no se puede olvidar" que la mayoría de las personas asiduas al botellón son mayores de edad que "tiene derecho al consumo de alcohol".
"A nuestro entender, si el problema del botellón es que propicia el consumo de alcohol entre la juventud, entonces dicho consumo no les debería estar permitido ni en el botellón, ni en los establecimientos de hostelería", afirma contundente, toda que considera que desde la Defensoría "no podemos dejar de hacernos eco de las denuncias de jóvenes que califican de hipocresía que se prohíba el botellón pero se permita el consumo de todo tipo de bebidas alcohólicas en bares, pubs y discotecas".
"INQUIETUD" POR LA PRESENCIA DE MENORES
Ahora bien, concluye Chamizo, mientras los actuales botellones "no evolucionen hacia una forma de ocio juvenil más saludable y respetuosa con los principios y reglas básicas de la convivencia ciudadana, esta Institución no puede mostrarse favorable a su pervivencia". Además, ha mostrado "inquietud" por la presencia de menores en los botellódromos, mientras estos "sigan siendo espacios de ocio en los que predomina el consumo inmoderado de alcohol y las conductas violentas", por lo que "abogamos por la prohibición de la presencia en los botellódromos para menores de 16 años".