SEVILLA 27 Abr. (EUROPA PRESS) -
El número de empresas industriales andaluzas, en el periodo comprendido entre 1996 y 2005, ha crecido en 4.102 unidades, contando con un total de 32.891 sociedades en 2005, lo que supone un incremento medio anual en eso años del 1,49 por ciento, 1,1 puntos porcentuales por encima de la media nacional según se desprende del estudio 'Previsiones Económicas de Andalucía' realizado por analistas económicos de Andalucía.
El informe, que recoge Europa Press, remarca que el tejido industrial andaluz vive su "mayor expansión" entre 2000 y 2005, ya que se crearon 2.981 empresas, por lo que se apunta un crecimiento medio anual del 1,92 por ciento, superior al registrado en el ámbito nacional (0,51 por ciento).
Para las actividades de menor peso en la estructura productiva regional, pero de elevado auge empresarial, las que se han denominado como emergentes en los últimos cinco años (200-2005) se viene registrando en Andalucía una iniciativa emprendedora "especialmente dinámica" en las actividades industriales que pueden considerarse de alta tecnología y que son demandantes de servicios avanzados, lo que produce sinergias para el desarrollo de actividades tecnológicas e innovadoras en la región.
Por otro lado, el informe constata que la preparación y conservación de frutas y hortalizas es la "única" actividad emergente que registra un "elevado" crecimiento, con una tasa media anual del 37,29 por ciento y, aunque no es una actividad que incorpore un alto grado de desarrollo tecnológico, si tiene una fuerte incidencia sobre el empleo y sobre el equilibrio de la estructura económica de algunas comarcas.
Con un crecimiento medio, se puede destacar la fabricación de vehículos de motor, la construcción aeronáutica y espacial, la reproducción de soportes grabados y la producción y distribución de energía eléctrica, a los que habría que añadir con bajo crecimiento a actividades como la forja, estampación y embutición de metales, la fabricación de máquinas de oficina y equipos informáticos, y la fabricación de lámparas eléctricas y aparatos de iluminación, lo que revela un grupo "importante" de actividades intensivas en tecnología que se están introduciendo con gran dinamismo en la industria andaluza.
Por último, la comparación entre las actividades del primer periodo respecto del segundo refleja actividades que siendo emergentes en los primeros años han perdido esta condición, caso de los CNAE 295 (Clasificación Nacional de Actividades Económicas referente a la fabricación de maquinaria diversa para usos específicos), 332 (Fabricación de instrumentos y aparatos de medida, verificación, control, navegación y otros fines, excepto equipos de control para procesos industriales) ó 191 (Preparación, curtido y acabado del cuero). Otras actividades, eran emergentes con bajo crecimiento entre 1996-1999 y han seguido creciendo en el segundo periodo a ritmos aún más elevados, caso CNAE 401 (Producción y distribución de energía eléctrica) y 153 (Preparación y conservación de frutas y hortalizas).
Así, el CNAE 300 (la fabricación de máquinas de oficina y equipos informáticos) pasa de ser la actividad con mayor crecimiento demográfico en el primer intervalo temporal a mantener la condición de emergente, pero con bajo crecimiento entre 2000 y 2005, lo que es indicativo de que ha entrado en un proceso de maduración, aunque conserva un "importante dinamismo". Algunos de estos elementos señalados para Andalucía se producen igualmente en España, lo que pone de manifiesto que existen elementos comunes en los dos ámbitos que han propiciado comportamientos paralelos en algunas actividades.