SEVILLA, 10 May. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Instituto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis, órgano adscrito a la Universidad de Sevilla, y del departamento de Ingeniería Química y del grupo de Automática, Electrónica y Robótica de la Universidad de Almería trabajan en un proyecto de investigación encaminado al uso de microalgas para desarrollar una tecnología que permita eliminar el CO2 procedente de gases de escape de centrales de combustión u otras industrias .
En un comunicado remitido a Europa Press, Andalucía Investiga indicó que más del 50 por ciento de las fotosíntesis del planeta, las microalgas y las cianobacterias necesitan CO2 para crecer, por lo que transforman este gas en componentes de la biomasa verde. Además, Andalucía constituye un territorio "idóneo" para establecer cultivos a la intemperie de estos microorganismos, dadas sus privilegiadas condiciones climáticas con elevada irradiación solar.
La tecnología resultante de esta investigación, incentivada con más de 169.000 euros por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, podría aplicarse en industrias con importantes emisiones de CO2, tales como centrales térmicas, fábricas de cemento y ladrillos, industria cerámica y, eventualmente, a cualquier proceso que conlleve la combustión de combustibles fósiles como carbón, petróleo y derivados o gas natural.
Por otra parte, las microalgas y las cianobacterias son los "más efectivos fijadores de CO2 del planeta" con rendimientos más de cinco veces superiores a los de los cultivos agrícolas más productivos. Además de formar uno de los grupos ecológicos más variados de la biosfera, dichos microorganismos utilizan el CO2 como fuente de carbono y lo convierten en carbono orgánico incorporándolo a su biomasa.
Como resultante del proceso fotosintético las células excretan productos como polímeros de naturaleza orgánica. Así, una opción para el aprovechamiento tanto de la biomasa como de estos productos fotosintéticos generados mediante la fijación de CO2 es su reutilización como fuentes de energía, al tratarse de materiales combustibles con un alto valor energético. El aprovechamiento como biocombustible de los productos fotosintéticos supone además un reciclaje de carbono, contribuyendo a la reducción del consumo de los combustibles fósiles.
