SEVILLA 15 Sep. (EUROPA PRESS) -
El sector servicios y la agricultura, por este orden, son los que han generado la mayor parte del empleo femenino en el último año, según el estudio 'Las mujeres desempleadas de Sevilla. Fortalezas y Oportunidades para la inserción y el empleo de calidad', presentado este miércoles en la capital hispalense con la presencia de Aurora Cosano, delegada provincial de Empleo de Sevilla, y Fernando Villén, director general de la Fundación Pública Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe).
Según indicó la Faffe en una nota, en el marco del programa de Estudios y Difusión del Mercado de Trabajo de la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía, esta iniciativa contempla las posibilidades que el mercado de trabajo local ofrece a las mujeres para obtener un empleo de calidad, especialmente en nuevos yacimientos de empleo como los relacionados con el uso de nuevas tecnologías de la información y la comunicación, el medio ambiente y la atención a personas.
Conductoras de transportes públicos, vigilantes de seguridad y escoltas, cooperativas compuestas por mujeres que se han formado en oficios como pintoras, electricistas o el trabajo por cuenta ajena son algunas de las ocupaciones que, según el estudio, se están incentivando para la inserción laboral femenina.
El estudio apunta que la empleabilidad de este colectivo heterogéneo está limitada por factores internos como la falta de confianza y autoconcepto y externos como la dificultad para conciliar el trabajo y la vida familiar. El estudio muestra, además, el apoyo de la administración a través de diferentes recursos de empleo dispuestos para las mujeres, que fomentan el cambio social en los modelos de familia y crean nuevos puestos de trabajo.
Las estadísticas más actualizadas sobre mujeres desempleadas inscritas en el Servicio Andaluz de Empleo como personas demandantes de empleo y las usuarias de los Puntos de Información a la Mujer (PIM) han sido la referencia para obtener información cualitativa acerca de sus expectativas, perspectivas laborales, niveles de empleabilidad y grados de vulnerabilidad, entre otros.
La incorporación de las mujeres al empleo remunerado se ha disparado desde el año 2000, sufriendo un decrecimiento a partir de 2007, como efecto de la crisis económica, que no ha sido tan notable como en los hombres, dado que el desempleo ha afectado mayoritariamente a ocupaciones tradicionalmente masculinas, como las de la construcción.