Sevilla.- El Cadus cree que los botellódromos pueden provocar accidentes de tráfico y peleas entre "canis y pijos"

Actualizado: domingo, 5 febrero 2006 12:58

SEVILLA, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -

El delegado del Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla (Cadus), José Miguel Sánchez, advirtió hoy de que los botellódromos "no son la solución para el problema del botellón" en la capital hispalense y consideró que pueden llegar a provocar accidentes de tráfico y "peleas" entre diferentes grupos urbanos como "canis y pijos".

En declaraciones a Europa Press, Sánchez señaló que "el Ayuntamiento de Sevilla debería optar por otra medida ante este problema social", una vez que entre en vigor la ley del botellón que prepara la Consejería de Gobernación de la Junta.

Así, el delegado consideró que "aunque parece la solución más factible" debe ser estudiada con detenimiento. Así, avisó de que "si se lleva a todo el mundo a beber a las afueras, por ejemplo, luego querrán ir a sus bares habituales, por lo que tendrán que desplazarse en coche o moto, y eso puede provocar accidentes".

Además, puso de manifiesto que "también hay que pensar en que no se puede llevar al mismo lugar a diferentes grupos" ya que "si ya hay peleas en las botellonas o en las fiestas como las de la primavera, puede pasar de todo". Así, consideró que "la gente querrá ir a un botellódromo en función del enclave donde se instale o del tipo de jóvenes que acudan, porque no es lo mismo un rapero, que un cani que un 'heavy' o que un pijo".

En cuanto a posibles ubicaciones, indicó que "el Charco de la Pava es bastante amplio, aunque si la gente va a beber, para volver a Sevilla y salir de discotecas tendrá que coger coche o moto, y eso tendrá consecuencias nefastas". Por ello, apuntó que sería más viable "hacer más de un botellódromo y situarlo en el casco urbano, como el Prado de San Sebastián", si bien, insistió en que "esa no es la solución".

La ley del botellón prohibirá desde el momento en que entre en vigor --finales de 2006 o principios de 2007-- la realización de botellones en la vía pública. Así, serán los ayuntamientos los que deberán decidir si mantienen esa total prohibición, si permiten este fenómeno en todo el municipio o si lo limitan a algunas zonas con soluciones como los botellódromos.

La consejera de Gobernación, Evangelina Naranjo, recordó esta semana que durante el tiempo que transcurra desde la entrada en vigor de la ley y la aprobación de las ordenanzas municipales que lo desarrollen, la botellona será "ilegal" y las corporaciones locales "tendrán que evitar que moleste a los vecinos". Por ello, consideró que los consistorios deben ir preparando ya sus respectivas normativas, a fin de que estén listas a finales de 2006 o principios de 2007, posibles fechas para la aplicación de la nueva legislación.