SEVILLA, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Delegación Provincial de la Consejería de Cultura pidió hoy al Ayuntamiento de Sevilla que sustituya las láminas de plástico con las que está cubriendo los restos de la muralla almohade de la calle San Fernando antes de volver a enterrarla, ya que dicho material pone en peligro la conservación de la piedra.
Los plásticos con los que se estaban envolviendo los vestigios no permiten el paso de la humedad, por lo que ésta se concentraría en perjuicio de la piedra, provocando la aparición de hongos y humedades que acabarían por acelerar el proceso de desgaste natural, según informaron a Europa Press fuentes de la administración.
Por ello, un grupo de técnicos de la Delegación Provincial, encabezados por el delegado Bernardo Bueno, se personaron en la mañana de hoy en el lugar de las obras, para comunicar la necesidad de cambiar esas láminas por una malla de geotextil, que garantizará la conservación de la muralla, a fin de que en el futuro, las siguientes generaciones decidan qué quieren hacer con dicho hallazgo.
Los técnicos que se encargan del soterramiento de la muralla islámica, fechada entre los siglos XII y XIII, junto con las dos torres y la vía romana con dirección al puerto halladas en la calle San Fernando, ya han comenzado a sustituir las láminas de plástico por la malla geotextil y, según las citadas fuentes, a lo largo del día de hoy ya estará modificado.
La mayor parte de los restos quedarán bajo tierra, salvo un tramo que podrá ser visitado por expertos y personas autorizadas que lo soliciten previamente, ya que el Ayuntamiento descartó la pasada semana integrar la muralla en los pasillos de la línea 1 del Metro, creando una cripta arqueológica como la del mercado de Triana.
ALCALDE: PLÁSTICO "DE CALIDAD EXTRAORDINARIA"
La pasada semana, el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, anunció que la muralla encontrada en la calle San Fernando con motivo de las obras de la Línea 1 del Metro quedaría cubierta tras el inicio de los trabajos de construcción del Metrocentro y que el acceso a los restos sería restringido. Además, detalló que los trabajos de protección incluían la instalación de una lámina de plástico "de grosor y calidad extraordinaria".
En cuanto a la decisión tomada por el Ayuntamiento de volver a tapar los restos --la otra opción era dejarlos al descubierto asegurando su protección--, las citadas fuentes indicaron que desde la Delegación de Cultura se ha considerado la medida como "técnica y jurídicamente correcta", si bien, se apostaba por la conservación al aire libre de la muralla, ya que se esperaba que "una vez que se ha levantado, podría dejar que se viera". Sin embargo, añadieron que esto sólo es una opinión de la Consejería, porque "lo que a la Junta le interesa es que los restos se conserven" y esto queda garantizado, una vez que se cambien los plásticos.