SEVILLA, 11 Ene. (EUROPA PRESS) -
La consejera de Cultura, Rosa Torres, devolvió hoy al Arzobispado de Sevilla, representado por el delegado diocesano de Patrimonio Histórico, Fernando García, la Capa Pluvial de Carlos V una vez finalizada su restauración, que ha llevado dos años de trabajo en los talleres del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH). La pieza es una obra textil que, según la tradición, fue la que lució el emperador en la ceremonia de su coronación en la ciudad de Aquisgrán en 1520 y que se conserva en la Iglesia de Santiago de Sevilla, donde regresará para ser expuesta en una vitrina.
La Capa Pluvial de Carlos V, de gran connotación simbólica e importantes valores histórico-artísticos, se encuadra dentro de la categoría de ornamentos litúrgicos de imaginería, denominación que se emplea para aquellos textiles decorados con cenefas u orfres bordados con figuras de santos insertos en hornacinas, tal y como aparecen en el capillo de esta pieza.
El estilo de la pieza coincide con el de la época de transición del Gótico al Renacimiento, como se aprecia en el tipo de doseletes de la cenefa y en la representación en el capillo de la Virgen y el Niño acompañados de ángeles, así como en la indumentaria que visten los santos. Las técnicas empleadas en los bordados permiten asimismo relacionar esta capa con las creaciones textiles de la escuela del norte de Europa.
Hacia 1600 la obra sufrió ya una primera intervención en la que se realizaron unos añadidos, la llamada retorcha de almendrillas, junto a la cenefa para reforzar las guarniciones o adornos, además de reemplazar la tela base originaria por un rico brocatel de oro y seda que reproduce una de las variantes de los típicos tejidos denominados de granadas.
Los trabajos en el IAPH se iniciaron en junio de 2003 con un examen previo mediante métodos físico-químicos, que determinaron el delicado estado de conservación de la pieza y permitieron establecer las operaciones de tratamiento. El proceso de restauración ha consistido así, en primer lugar, en la desinsectación y limpieza para posteriormente separar las diferentes partes constitutivas de la obra e individualizar la restauración de cada una de ellas, al tiempo que se eliminaban las intervenciones anteriores que resultaban perjudiciales.
Se aplicaron entonces tratamientos de conservación como el alineado y la corrección de deformaciones creadas por las tensiones de los numerosos zurcidos y parches de la tela. Para el tratamiento de consolidación del orfre y del tejido base se emplearon soportes naturales de algodón y lino teñidos para su correcta integración cromática.
Además, se fijaron con hilos de seda aquellas zonas sueltas de la capa. La restauración finalizó con la protección del reverso de la pieza con un forro de seda y el montaje de las distintas partes constitutivas de la misma.
ORIGEN DESCONOCIDO
Aunque el origen exacto de la llamada Capa de Carlos V es desconocido, la tradición asegura que el emperador la lució durante la ceremonia de su coronación, que tuvo lugar el 23 de octubre de 1520 en Aquisgrán. Es probable que el propio monarca donase posteriormente este atuendo a la Iglesia de Santiago de Sevilla con motivo de la celebración, en esta ciudad, de sus bodas reales con la Infanta Doña Isabel de Portugal en 1526. Esta fecha aparece en la inscripción que figura en la puerta del armario donde esta Capa Pluvial se ha guardado durante siglos.