Sevilla.- El Museo de Bellas Artes expondrá hasta el 25 de junio 'Santa Ana con la Virgen Niña' de Herrera el Viejo

Actualizado: lunes, 8 mayo 2006 18:30

SEVILLA, 8 May. (EUROPA PRESS) -

El delegado provincial de Cultura en Sevilla, Bernardo Bueno, presentó hoy junto con el director del Centro Cultural El Monte, Antonio Cáceres, la actividad 'La Obra Invitada', que permitirá exponer hasta el próximo 25 de junio en el Museo de Bellas Artes de Sevilla el cuadro 'Santa Ana con la Virgen Niña', de Francisco Herrera el Viejo, procedente de la colección privada Juan Abelló.

En rueda de prensa, Bueno agradeció a la Fundación El Monte su "firme" colaboración con el Museo de Bellas Artes de Sevilla en el programa educativo y manifestó que "la mayor parte de nuestros proyectos procuran atender un ámbito que nos parece esencial: la formación del público".

La obra invitada es una actividad de periodicidad trimestral que permite al público disfrutar de obras procedentes de otras instituciones o del depósito del propio Museo de Bellas Artes. En cada ocasión, uno o varios expertos disertan sobre la obra escogida para acercar a los presentes los detalles que se le suelen escapar a alguien que contempla la obra por primera vez y sin tener otro tipo de información específica al respecto.

La óleo sobre lienzo de Herrera el Viejo está tratado de una manera "cercana, en un ambiente de naturalidad que hace a los protagonistas de la escena próximos al espectador". Frente al hieratismo de las obras manieristas precedentes, Herrera presenta a dos personajes sencillos, alejados de las representaciones más solemnes de la pintura precedente.

En la obra abundan los grandes lienzos con muchos personajes y con espacios amplios bien definidos. En el caso de esta obra, de formato reducido, el autor crea una composición sencilla donde suprime elementos habituales como los abigarrados grupos de personajes celestiales. Los dos personajes protagonistas, Santa Ana y la Virgen, ocupan todo el lienzo en una composición piramidal simple. Las dos figuras aisladas compensan la sencillez compositiva con un claro sentido monumental de las figuras.

Dentro del fondo de paisaje se incluyen algunos elementos aparentemente decorativos, pero que son realmente referencias iconográficas a la Virgen. La palmera, árbol del paraíso, constituye una habitual referencia a la inmortalidad. La fuente es símbolo habitual de María, considerada como manantial de vida. Completa la serie de símbolos marianos la presencia en primer término de un jarrón con flores. En este jarro de plata unas azucenas simbolizan la pureza de María y su belleza espiritual.

La procedencia de la obra es incierta, posiblemente concebida para un convento de monjas, como se desprende no sólo de la concepción del tema, sino también de las noticias. Pudo salir del convento en la desamortización de 1835 pasando a formar parte de alguna colección.

Se desconoce la fecha de la obra, considerando los investigadores que pudo ser realizada en torno al año 1637, aunque Antonio Martínez Ripoll, el mayor experto en la obra de Herrera, cree que sería algo posterior.