Sevilla.- Sucesos.- Facua espera una "sanción contundente" para la empresa de 'catering' del estadio del Betis

Actualizado: viernes, 17 febrero 2006 16:51

SEVILLA, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -

La Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios en Acción (Facua) consideró hoy que la Junta de Andalucía debería abrir un expediente sancionador contra la empresa concesionaria del servicio de 'catering' del estadio sevillano Manuel Ruiz de Lopera, Aramark, a consecuencia de la intervención por parte de la Policía Local de remesas de productos caducados.

En declaraciones a Europa Press, el portavoz de Facua, Rubén Sánchez, consideró que tanto la Consejería de Gobernación como la de Salud "tienen competencias" en el caso de los productos alimenticios caducados que fueron descubiertos en el interior del estadio del Real Betis Balompié. Según dijo, Gobernación tiene competencias sobre el etiquetado de los productos mientras Salud debe velar por la salud de los consumidores.

"Esperamos que la Junta abra un expediente sancionador a Aramark a tenor de las graves irregularidades en la venta de estos productos", dijo Sánchez para pedir "una sanción contundente" sobre este caso y hacer un llamamiento al Real Betis Balompié para que "pida responsabilidades a la empresa". Por último, recordó que los consumidores están "en su perfecto derecho" de acceder a los estadios portando bebidas y comidas siempre que éstas o sus recipientes no supongan un riesgo para la seguridad.

Los agentes municipales requisaron en los bares del estadio bético, tras el partido de la UEFA del pasado miércoles ante el AZ Alkmaar, latas de refrescos, algunas de las cuales deberían haber sido consumidas en 2004, así como patatas fritas, salchichas y frutos secos, igualmente caducados, y que estaban almacenadas para su posterior venta al público. El responsable de la mercancía intervenida es la empresa Aramark, concesionaria del servicio de alimentación y 'catering' en el estadio albiverde.

Al parecer, la inspección habría constatado, paralelamente, las malas condiciones higiénicas de los almacenes donde se encontraban los comestibles, que no habían sido destruidos, tal y como marca la ley, pese a tener cumplida su fecha de consumo preferente.