SEVILLA 9 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Policía Local de Sevilla ha remitido al Juzgado de Instrucción número 3 de la capital hispalense el atestado policial del accidente ocurrido el pasado 31 de enero en el recinto de La Isla de La Cartuja, y que motivó la muerte de un hombre de 53 años, en el que se le imputan tres delitos al conductor de uno de los vehículos.
Fuentes del caso informaron a Europa Press de que los delitos imputados a A.N.M., de 18 años y que conducía una furgoneta marca Renault Kangoo en el momento de los hechos, son el de homicidio por imprudencia, delito contra la seguridad del tráfico y robo o hurto de vehículo, ya que esta furgoneta no pertenecía al joven, que conducía sin carnet.
En el atestado policial se afirma lo que ya desveló en su momento el instructor de la Policía Local. En este sentido, se describe como ninguno de los dos vehículos iba "a una velocidad adecuada", y que la Renault Kangoo es el vehículo que hace la maniobra brusca, que no permite que el Ford Focus pueda reaccionar, causando así el accidente.
Por el momento, A.N.M. se encuentra en su domicilio, donde se recupera de las heridas sufridas en el accidente tras su reciente alta médica del Hospital Virgen del Rocío, en el que fue atendido de policontusiones de gravedad. La Policía Local lo mantiene localizado, a expensas de una posible citación por parte del juzgado para declarar por este suceso, en orden a esclarecer definitivamente el origen y las circunstancias del siniestro y depurar posibles responsabilidades.
El accidente ocurrió en la avenida Carlos III sobre las 21.14 horas, y en él se vieron implicados un Ford Focus, vehículo que conducía el fallecido, al margen de la Renault Kangoo y de un taxi. En el suceso quedaron afectadas otras seis personas, siendo una de ellas el joven de 18 años. Dos mujeres en torno a los 50 años resultaron heridas leves, con daños faciales, y otro joven sufrió un latigazo cervical. Todos ellos fueron derivados al Hospital Virgen Macarena de Sevilla.
Por otro lado, otras dos chicas sufrieron crisis nerviosas, sin que tuvieran que ser desplazadas a ningún centro hospitalario, debido a la ausencia de heridas de consideración.
Los vehículos colisionaron contra farolas y árboles, quedando empotrado el Ford Focus del fallecido en un árbol próximo al apeadero de Renfe y a la glorieta en dirección al Puente del Alamillo. Una de las primeras hipótesis que se barajó fue un posible 'pique' entre los dos conductores, pero la teoría quedó posteriormente descartada.