Sevilla.-Tribunales.-El forense cifra en 16 las puñaladas asestadas a Amador Guerrero y no descarta una segunda autoría

El médico forense que realizó la autopsia y el levantamiento del cadáver del taxista Amador Guerrero, presuntamente asesinado en la barriada de El Gordillo de Sevilla en el verano de 2004 por dos toxicómanos, cifró en 16 las puñaladas que presentaba el cadáver y afirmó no poder "ni confirmar ni descartar", en base a las heridas, la participación de una segunda persona en el apuñalamiento.

El forense contó con un maniquí para poder mostrar con claridad a los miembros del jurado la localización de las heridas del fallecido, presuntamente a manos de Juan M.F. --único autor material del crimen, según declaración propia-- y Rocío S.A., juzgados ambos en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Sevilla.

Así, éste, que declaró que el taxista "perdió una gran cantidad de sangre", lo que provocó que las heridas no pudieran ser contabilizadas hasta llevarse a cabo una "complicadísima" autopsia, ofreció como probable versión de los hechos la de que Guerrero fue amenazado en el interior del coche, debido a "la compatibilidad de las heridas con posibles pinchazos intimidatorios en el cuello y el brazo". Estas heridas presentaban una trayectoria derecha-izquierda, de unos cuatro centímetros de profundidad y sin alcanzar ningún órgano vital.

A continuación, Amador Guerrero habría sido apuñalado dos veces en la zona cervical-dorsal, con heridas compatibles con un movimiento de la víctima y la consiguiente incorporación del agresor, con trayectoria atrás-adelante y la parte roma del cuchillo hacia arriba.

El taxista, siempre según la versión forense, habría salido del vehículo e intentado huir, siendo apuñalado hasta cuatro veces con violencia en la zona capular izquierda. Lesiones erosivas en manos, codos y rodillas indican que el fallecido habría caído al suelo en vida con aceleración, tras lo cual fue apuñalado en el hombro, cinco veces en el tórax tras revolverse --las puñaladas que le causaron la muerte, puesto que afectaron al corazón, al pulmón y a la arteria aorta, perdiendo "una cantidad brutal de sangre"-- y otra en la muñeca, presumiblemente al intentar defenderse de la agresión.

Por último, el forense declaró que las heridas eran compatibles con el arma encontrada e identificada como la usada en la agresión, así como que el taxista pudo ser sujeto por detrás de la cabeza, en base a una zona enrojecida detrás de la oreja de la víctima.

ABSTINENCIA "EN GRADO MODERADO"

A continuación declaró un médico forense del juzgado, de guardia el día que Juan M.F. y Rocío S.A. pasaron a disposición judicial. Manifestó que los acusados presentaban síntomas del síndrome de abstinencia de drogas en grado moderado.

Expuso que, aunque una intoxicación violenta o un 'mono' excesivo pueden provocar en el individuo "un síndrome casi psicótico", los acusados "mantuvieron una conversación lógica y coherente", si bien admitió que es "probable" que Rocío S.A. pudiera sufrir pérdidas de la memoria, como declaró ayer en el juicio. Concluyó diciendo que la cantidad de droga que los acusados manifestaron haber tomado una media hora antes del crimen "habría hecho entrar en coma a una persona normal, y un consumidor estaría casi dormido".

También declararon los funcionarios de Policía actuantes en la inspección ocular del lugar de los hechos, así como peritos policiales del laboratorio de Policía Judicial.

LA FISCALIA PIDE MAS DE 20 AÑOS

Ambos imputados fueron detenidos por la Policía el 24 de septiembre de 2004. Según la investigación, él cometió la agresión definitiva con un cuchillo, del que quisieron deshacerse arrojándolo a un canal, pero que se quedó en la cuneta y fue recuperado en la inspección ocular.

Su adicción a las drogas podría ser una de las atenuantes en su responsabilidad criminal durante la exposición en el juicio de los hechos. La pareja tomó el taxi en la avenida de la Barzola y le indicaron a Guerrero como destino la localidad de San José de la Rinconada (Sevilla). Antes de apuñalarle supuestamente por la espalda mientras el taxista huía, ambos le sustrajeron unos 275 euros y otros efectos, según mantuvo la Policía cuando los arrestó y los puso a disposición judicial.

El taxista recorrió 8,100 kilómetros en aquel trayecto después de que entrara al servicio a las 4.30 horas del 15 de agosto. Unos treinta minutos después, la pareja ahora imputada subió al vehículo en el que se desencadenó la mortal agresión, que motivó además diversas movilizaciones en la capital a cargo de los taxistas con motivo de la inseguridad en el sector.

La Fiscalía solicita 22 años de prisión para Juan M.F., de 32 años, al que se le imputa el asesinato, y 20 años para Rocío S.A., de 26 años, encartada como cómplice de su compañero y por un delito de robo con violencia, así como una indemnización de 93.166,95 euros para la viuda y 7.763 euros para cada uno de los tres hijos. Mientras, la acusación particular eleva la petición para ambos a 30 años de prisión.