SEVILLA 21 Abr. (EUROPA PRESS) -
El juez titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Sevilla, Fernando Martínez, ha archivado la querella interpuesta por un trabajador municipal, por presunto acoso laboral, hacia el concejal de Gobernación del Ayuntamiento de Sevilla, Francisco Fernández (PSOE), y el director de Area de Tráfico, Rubén García.
Así lo confirmó a Europa Press el propio edil de Gobernación, quien dijo tener "constancia oficial" del archivo provisional de la demanda, si bien declinó hacer valoraciones "hasta tanto el tema continúe 'sub iudice', puesto que aún hay posibilidad de recurso por parte del demandante".
Según publicó hoy el diario 'El Mundo', el juez basa su archivo en los informes forenses, de los cuales se desprende que no existen lesiones que sean resultado de un delito y que, por lo tanto, no existe delito ni responsables del mismo, al contrario de lo que sostenía el acusante, M.C.H., que manifestaba en su querella haber sufrido lesiones "físicas y psicológicas", llegando a estar 20 meses de baja por depresión, como consecuencia de un presunto 'mobbing' por parte de los acusados.
El magistrado llegó a citar como testigos al jefe de Bomberos del Ayuntamiento de Sevilla, José María Casar; al jefe de la Policía Local sevillana, Rafael Alarcón, y a un trabajador del Area de Movilidad del Consistorio hispalense, para testificar sobre los hechos.
El juez tomó la decisión de aceptar la personación como imputados de Fernández y García después de escuchar el pasado 28 de octubre de 2005 la declaración del demandante, donde ratificaba la querella interpuesta, y de que su abogado, Ramón Echeveste, propusiera la personación de una cuarentena de testigos, entre ellos el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín.
Según la demanda, hubo una serie de actos que este hombre realizó en el ejercicio de sus funciones, que en vez de un mérito constituyeron para él un demérito, con lo que después "le vino el castigo", diluido bajo la excusa de las competencias de sus superiores, que lo que hacían era "enterrar una sana mala intención".
Las quejas de M.C.H. se centran, principalmente, en un conflicto con el anterior delegado de Movilidad, Blas Ballesteros, al encargarle éste la limpieza urgente de pintadas repartidas por toda la capital, así como en la realización de algunos actos, supuestamente a cargo de los presupuestos municipales, para "cumplir un fuerte compromiso político" con el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín.
El funcionario, asimismo, también denuncia la privación por parte del edil de Gobernación de una plaza de jefe de servicio, para la que era "el único candidato", a pesar de contar con un informe favorable de Ballesteros.