SEVILLA, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los padres del joven Enrique S. G. fallecido en el tiroteo ocurrido el pasado 26 de febrero en las proximidades del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla declararon esta mañana en el Juzgado de Instrucción número 15 de la ciudad que hubo un encuentro previo a los hechos entre los implicados en la reyerta --en la que también resultó herida la madre del fallecido--.
Así lo explicó a Europa Press al término de la toma de declaración la abogada del presunto autor de los disparos, Esperanza Lozano, quien apuntó que los padres del fallecido defendieron hoy unos argumentos que no coincidían plenamente con lo que declararon ante la Policía tras el tiroteo.
De este modo, aseguró que hasta hoy no habían hablado de dicho encuentro previo, frente a lo que defendió que el presunto autor de los disparos, su defendido, acudió al complejo hospitalario para ver a su mujer, que se encontraba ingresada en el mismo, por lo que el encuentro entre ambas familias "fue casual".
También informó de que los padres del joven fallecido reconocieron, "de un modo algo contradictorio, que hubo enfrentamientos y amenazas previas entre los miembros de ambas unidades familiares". Dijo igualmente que ambos negaron que se hubieran jurado la muerte entre sí.
A la pregunta de si llevaban escopetas en su vehículo, según lo declarado por el guarda de seguridad del hospital --que les oyó decir "Coge la escopeta, ve a por la escopeta"--, los padres del finado negaron tal extremo en todo momento.
Así las cosas, la letrada informó a Europa Press que la mujer del presunto autor del tiroteo --que se encuentra en prisión-- ha tenido que huir de Sevilla porque ha recibido amenazas de muerte contra su persona, así como contra sus dos hijos, de cuatro y un año y medio respectivamente. Por ello, añadió, no se ha podido presentar el documento acreditativo de su estancia en el hospital el día del tiroteo, por lo que ahora se solicitará por conducto judicial.
NUEVO VISIONADO
Por otro lado, y después de que ayer se visionara la grabación de las cámaras de seguridad del hospital, Lozano informó de que esta tarde, sobre las 19.30 o las 20.00 horas, volverían a ser inspeccionadas por el propio Juzgado.
Tras visionar las cintas ayer, la abogada explicó que la grabación no muestra los momentos previos al suceso, con lo que el origen del mismo no ha podido ser determinado a través de la filmación, al menos de momento, pero no se descarta que el Juzgado cite a peritos policiales por si estos pudieran aportar nuevos datos sobre la filmación.
La letrada matizó que para la defensa del detenido es "fundamental" conocer lo que ocurrió en los instantes previos al tiroteo. Por su parte, fuentes judiciales explicaron que se visionaron las imágenes recogidas por una cámara de vigilancia del interior, en formato VHS, en las que, en principio, no se ve nada relacionado con el caso. En cuanto a las recogidas en el exterior, en formato CD, se dijo que las imágenes del tiroteo comenzaron a registrarse a las 16.45 horas y duran unos segundos.
Por el tipo de grabación de estos equipos, se informó de que ayer no se pudo identificar a nadie en actitud de disparar, aunque sí se vio al fallecido y a la mujer herida en el suelo.
La abogada Lozano recordó también que el guarda de seguridad del hospital que declaró por lo sucedido dijo que vio a una persona disparar a una distancia de 25 metros. Además, dio a conocer que el pasado día 2 se levantó el secreto sumarial del caso, por lo que ahora perfila los argumentos que esgrimirá en su defensa.
La abogada dijo también hace una semana que su defendido se encontraba "arrepentido y cabizbajo" en prisión.
Esperanza Lozano indicó a Europa Press que su defendido ingresó en la cárcel acusado por el Ministerio Fiscal de un presunto delito de asesinato consumado, otro de asesinato intentado --en grado de tentativa-- y también por tenencia ilícita de armas. Se le acusa de ser el autor material de la muerte de un joven de 27 años, así como de herir gravemente a la madre de éste, de unos 70 años.
Lozano resaltó que se trata de un joven "pacífico", sin antecedentes, de 24 años, al que "se le habrá ido la cabeza en un momento dado por las circunstancias que fuesen y que está totalmente arrepentido, cabizbajo y dolido", aseveró.
Cuando se produjeron los hechos, la mujer del presunto autor de los disparos se encontraba ingresada en el Hospital Virgen del Rocío, aunque tuvo que pedir el alta voluntaria tras el tiroteo por temor a represalias por parte de familiares de la víctima. De hecho, para evitarlas, el Cuerpo Nacional de Policía mantuvo hasta hace unos días un dispositivo de vigilancia especial en las inmediaciones del hospital, así como en Las Tres Mil Viviendas, donde residían tanto el fallecido como el presunto asesino.
El suceso se produjo, al parecer, derivado de una pelea protagonizada por dos familias de etnia gitana residentes en Las Tres Mil Viviendas, posiblemente por motivos de índole amorosa.