SEVILLA, 17 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Sevilla ha dejado hoy visto para sentencia el caso de un hombre M.M.R.M. acusado de intentar matar a otro con el que mantenía diferencias y con el que inició una discusión en un bar de la ciudad, para el que el ministerio fiscal ha pedido tres años de prisión, pena a la que se ha adherido la defensa.
Fuentes judiciales informaron a Europa Press de que los hechos juzgados se produjeron el 14 de enero de 2003, cuando el inculpado se dirigió a un bar de la calle Maestro Tejero, donde se encontraba la víctima, F.B.C., al que se dirigió y comenzó a insultarle llamándole "chivato" y "te voy a matar". Así consta en el escrito de acusación del fiscal, hechos que hoy han sido reconocidos en la vista oral por el procesado.
A continuación, el inculpado se abalanzó sobre la víctima y comenzó a golpearle, causándole heridas leves. Entonces, la víctima se defendió y varias personas presentes en el local se interpusieron entre ambos. Momentos después, la víctima salió al exterior, donde el acusado volvió a insultarle y golpearle.
A continuación, el procesado, "resuelto a cumplir sus amenazas iniciales", se dirigió a su domicilio, situado en las inmediaciones del bar, de donde cogió un revólver con el número de serie borrado y, cargándolo, volvió al lugar donde se hallaba la víctima; llevaba el arma oculta en la espalda y efectuó cuatro disparos apuntando a la víctima, uno de los cuáles impactó en la pierna izquierda, causándole fractura abierta de tibia, por lo que precisó intervención quirúrgica y hospitalización, tardando en curar 436 días, durante los que estuvo impedido para el desempeño de sus ocupaciones habituales. Como secuelas se quedaron ocho cicatrices.
Después, el acusado se marchó del lugar, mientras la víctima permanecía en el suelo asistida por dos conocidos que le hicieron un torniquete en la pierna mientras llegó la ambulancia. En el domicilio del acusado se encontraron 15 cartuchos más aptos para ser disparados con el arma utilizada que aún tenía en su poder el procesado cuando llegaron al mismo efectivos del Cuerpo Nacional de Policía.
Por lo ocurrido, se acusó al procesado de un delito de homicidio intentado, otro de tenencia ilícita de armas --con la agravante en éste de reincidencia-- y una falta de maltrato de obra. Por ellos, el fiscal pedía siete años de cárcel --por el homicidio intentado--, dos años --por la tenencia de armas ilegal-- y dos meses de multa, con cuota diaria de seis euros, por la falta.
Pero en la vista oral, dado que se resaltó que el día de los hechos, el procesado estaba bajo los efectos del alcohol y la cocaína, y que después indemnizó a la víctima con 21.000 euros, ambas circunstancias fueron consideradas como atenuantes muy cualificadas, por lo que la pena pedida se redujo a cuatro años de prisión, tres por el homicidio intentado y uno por la tenencia ilícita de armas. Este último se sustituirá por una multa de seis euros al día durante 24 meses. Por la falta de maltrato, la pena se redujo a un mes de multa con cuota diaria de seis euros.
