La UPO firma un acuerdo de cooperación con la OCDE para el estudio de la pobreza educativa

El catedrático de la UPO Antonio Villar
EUROPA PRESS/UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE
Actualizado: viernes, 26 junio 2015 18:13

SEVILLA, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Universidad Pablo de Olavide ha firmado un acuerdo de cooperación con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), para desarrollar un proyecto de investigación sobre educación, a partir de los estudios PISA y PIAAC.

El objetivo general del acuerdo es "promover la cooperación y proporcionar oportunidades a los investigadores, apoyar el conocimiento respectivo de los métodos de trabajo y fomentar el intercambio de experiencias". Esta cooperación investigadora se materializará en un proyecto de investigación del profesor Antonio Villar, catedrático de Análisis Económico de la UPO, desarrollado en la OCDE (Directorate for Education and Skills and Early Childhood and Schools Division), en el marco del programa Thomas J. Alexander Fellowship.

El programa Thomas J. Alexander, creado en 2012 en honor del responsable de la puesta en marcha en la OCDE del trabajo sobre indicadores educativos internacionales, busca fomentar las mejoras en la calidad y en la equidad de los sistemas educativos mediante el apoyo a la investigación cuantitativa orientado a su aplicación en la formulación de políticas educativas.

Constituye así un espacio de diálogo entre la OCDE, los responsables políticos, los investigadores, los académicos y la sociedad civil. Se trata de un programa competitivo en el que participan investigadores de todo el mundo con el objeto de desarrollar una investigación rigurosa, basada en la evidencia, para ayudar a entender y canalizar las principales tendencias mundiales en la educación, la política social y el bienestar.

La propuesta investigadora de Antonio Villar, seleccionada para una de estas fellowships, se centra en la explotación de los resultados de los informes PIAAC y PISA. Tiene como objetivo la identificación de algunas de las características estructurales de los sistemas educativos, relativas a la protección que ofrecen a los ciudadanos en términos de asegurar unos conocimientos mínimos, independientemente de la situación socioeconómica de los estudiantes. Hay dos líneas interrelacionadas de investigación: la pobreza educativa y el sesgo educativo de la pobreza.

La pobreza educativa se refiere al estudio de la población de jóvenes que no consigue alcanzar un nivel mínimo de competencia. Una de las características más llamativas de los resultados que aparecen, tanto en PISA como en PIAAC, es la amplia diversidad de distribuciones a través de los seis niveles de competencia definidos por la OCDE. Países con puntuaciones medias similares presentan distribuciones de resultados muy diferentes.

El sesgo educativo de la pobreza se refiere al análisis de los logros educativos de los estudiantes procedentes de familias que pueden considerarse como 'pobres', según el índice de estatus económico, social y cultural (ESCS). Este índice resume los rasgos de las familias de los estudiantes en función de la ocupación y los estudios de los padres, la riqueza familiar y los recursos educativos y las posesiones culturales. Es un indicador que permite estudiar la relación entre las características socioeconómicas de las familias y el rendimiento escolar. El estudio del subgrupo de familias con menor nivel socioeconómico ayuda a comprender el papel del sistema educativo con respecto a la movilidad intergeneracional.

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