Finalizada la restauración del Monte de Somo

Monte De Somo
FNYH
Actualizado: jueves, 12 enero 2012 12:25

Se han priorizado los trabajos de erradicación de vegetación invasora y la recuperación de las dunas

SANTANDER, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -

La Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria, la Junta Vecinal de Somo y la Fundación Naturaleza y Hombre (FNYH) han finalizado la segunda fase de los trabajos de restauración del Monte de Somo, unas obras que se han centrado en la eliminación de especies invasoras como el plumero o el eucalipto y en la recuperación de más de seis kilómetros cuadrados de la superficie dunar.

Desde la Fundación Naturaleza y Hombre se destaca que, a pesar de que las principales actuaciones para la completa recuperación del Monte se han llevado a cabo, es preciso darles continuidad en el tiempo, ya que este espacio natural es muy frágil, especialmente por la elevada presión humana que recibe todo el año y, más aún en periodo estival.

Además, aunque se ha trabajado contra las especies invasoras éstas pueden volver a colonizar el Monte si no se continúa realizando un control estricto sobre las mismas. Una de las más dañinas es el plumero (Corataderia selloana), especie invasora de origen sudamericano que es una verdadera amenaza para la buena conservación de los ecosistemas costeros de Cantabria, señala FNyH. Su eliminación es complicada y se ha trabajado en la extracción de toda la raíz.

Asimismo, se han cortado tres hectáreas de eucaliptos en el interior del Monte, con el objetivo de recuperar la vegetación autóctona en toda esa superficie. Para ello se han plantado más de 2.000 ejemplares de árboles entre encinas y laureles. Otra actuación importante ha sido la recuperación de 6.000 metros cuadrados de superficie dunar, mediante la plantación de especies típicamente dunares y su posterior cerramiento perimetral, ya que la sensibilidad al pisoteo de este tipo de actuaciones es muy elevada.

Con estas actuaciones se da por finalizada la segunda fase de la recuperación ambiental del Monte de Somo, que empezó en el año 2010 con la Fase I. Ambos proyectos han sido desarrollados gracias a la financiación de la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria, quien ha apostado firmemente por la recuperación de espacios naturales degradados de alto interés naturalístico, destaca la fundación.

DINÁMICA LITORAL

Las dunas son elementos muy importantes de los sistemas litorales, ofrecen una barrera de protección frente al viento y el salitre. Carlos Sánchez, presidente de la FNYH, incide en que "su conservación resulta indispensable para preservar la dinámica litoral, ya que las condiciones tan especiales de salinidad, del azote de los vientos marinos y la baja capacidad de retención de agua en el suelo, permite el desarrollo de especies de flora muy interesantes y únicas, como Daphne gnidium, Ammophila arenaria, Cakile maritima o Euphorbia paralias".

El entorno del Monte de Somo sufre una fuerte presión humana por el uso de la playa y la urbanización, por lo que preservar el Monte de Somo, explica la fundación, es asegurar que se mantiene la dinámica dunar y la barrera de protección que ofrecen las dunas al propio pueblo de Somo.

Este monte se encuentra en la flecha que forman los depósitos de arena en el complejo de la Bahía de Santander y el Puntal de Somo. Concretamente se encuentra al noreste del municipio de Ribamontán al Mar, entre los núcleos de población de Somo y Loredo.

Este monte, formado por encinas, pinos y manchas de especies de repoblación como el eucalipto, se sitúa sobre una duna terciaria. Estas dunas, situadas al interior respecto del litoral, se asientan sobre suelos cuyas arenas no están tan sueltas como en las primarias y secundarias.

Además, no sufren la influencia del viento, lo que disminuye la salinidad del suelo, y son más cálidas por encontrarse al abrigo de las dunas principales. Todos estos factores hacen que estas dunas fijas tengan más variedad y abundancia de especies.

Por ello, en la zona más cercana a la playa se pueden observar especies psamófilas, amantes de las arenas, y a medida que se adentra en el monte la vegetación varía hacia una más propia de bosque maduro, con presencia de encinas, robles, acebos, madroños, espinos o laureles.