La superficie vitivinícola plantada en Cantabria ha aumentado un 3,9 por ciento y alcanza casi 104 hectáreas

Viñedos
EP
Actualizado: martes, 1 febrero 2011 14:02

Oria afirma en la Cata de Vinos Experimentales que el sector se encuentra en fase de "consolidación" y apuesta por su "mejora"

SANTANDER, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -

La superficie vitivinícola plantada en Cantabria se ha incrementado un 3,9 por ciento, al pasar de las 99,9 hectáreas existentes en el año 2009 a las 103,82 actuales. De ellas, 3,01 corresponden a superficie experimental y el resto a comercial, situándose 58,7 en la comarca de Liébana; 42,6 en la zona costera; y 0,84 en otras, fundamentalmente en Valderredible.

Así lo ha señalado este martes el consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad, Jesús Oria, durante la presentación de la VIII Cata de Vinos Experimentales de Cantabria, celebrada en el Centro de Investigación y Formación Agraria de Muriedas (CIFA).

Oria ha asegurado que el sector se encuentra en una etapa de "consolidación" y ha apostado por su "mejora y credibilidad". Para ello se hace necesario "favorecer las relaciones entre los operadores", tanto entre los propios productores como entre productores y comercializadores, y "consolidar una buena imagen de nuestras denominaciones vitivinícolas", ha apuntado.

En función del interés de las variedades en experimentación y de la disponibilidad de uva, según el estado de desarrollo de los viñedos, este año se han elaborado siete vinos monovarietales en la bodega experimental del CIFA.

Estos caldos se han catado este martes en dos sesiones paralelas: una mediante un panel de catadores expertos y otra a través de una cata dirigida, que ha corrido a cargo de la enóloga Victoria Mirones.

II PLAN EXPERIMENTAL VITIVINÍCOLA DE CANTABRIA

El de 2010 es el tercer ejercicio del II Plan Experimental Vitivinícola de Cantabria (2008-2013), conformado por tres proyectos experimentales. En esta última campaña, los trabajos realizados se han centrado en dos proyectos.

Uno de ellos de experimentación de las variedades 'Treixadura' y 'Torrontés' para su evaluación agronómica y enológica en las condiciones ambientales de la zona costera de Cantabria. Este proyecto, a petición de los agricultores, está permitiendo probar estas dos variedades por su posible interés en nuestra región.

El otro está orientado a la reintroducción de las variedades autóctonas 'Neruca', 'Parduca' y 'Carrasquín' en la comarca de Liébana. En él se ha evaluado su potencial enológico, estudiando estas variedades, la última autóctona de la Cornisa Cantábrica y las dos primeras de Cantabria, ya prácticamente desaparecidas en la región, y más concretamente en Liébana.

Según ha explicado la Consejería de Desarrollo Rural, con el desinterés por la producción vinícola en la comarca a lo largo del siglo pasado, estas variedades fueron sustituidas por la 'Palomino', de mayor producción y apta para la elaboración del afamado orujo de Liébana. Según las referencias documentales sus características podrían ser muy interesantes para la consecución de vinos de calidad diferenciada en la comarca de Liébana, de personalidad muy marcada.

La línea de investigación vitivinícola puesta en marcha por el CIFA desde el año 2000 ha evolucionado desde los primeros proyectos enfocados a orientar un nuevo sistema productivo, hasta los actuales, centrados, por un lado, en el estudio para la zona costera de variedades que presentan un alto potencial productivo. Y por otro, en la reincorporación de variedades autóctonas tintas de origen lebaniego recuperadas y reinjertadas en el año 2009.

Con la incorporación de estas variedades se pretende aprovechar su supuesta adaptación al medio, consiguiendo una menor incidencia de plagas y enfermedades, lo que redundará en la aplicación de menos tratamientos fitosanitarios y, por tanto, en un abaratamiento de la producción, ha explicado la Consejería.

APARICIÓN DE NUEVAS BODEGAS

Con la puesta en funcionamiento de dos nuevas bodegas en el año 2010, ya son nueve las que comercializan en nuestra región los vinos elaborados con uva propia, y próximamente se sumarán nuevas empresas que ya tienen implantados sus viñedos, aunque aún no han comenzado a producir comercialmente.

Según la Consejería, aunque las cantidades comercializadas aún son "muy pequeñas" comparadas con las de otras zonas vinícolas y el mercado regional tiene capacidad "sobrada" para absorberlas, se proyecta que en el futuro, los vinos de Cantabria compitan en los mercados nacionales e internacionales.

Oria ha apelado al "incremento de la calidad" y a la "mejora del precio" de nuestros vinos. Para este último objetivo, ha asegurado que es necesario mejorar la relación calidad-precio-coste, y por tanto, el potencial cualitativo. Esto último, tanto por la cantidad como por la idoneidad de las aplicaciones, redundará en el futuro en sistemas productivos más respetuosos con el medio ambiente y, por tanto, más sostenibles.

Para finalizar, el consejero ha realizado un llamamiento para que las producciones de Cantabria sean "competitivas con las del resto del mundo", lo que pasa por conseguir variedades adaptadas, fijación de criterios en la aplicación de fitosanitarios, así como otras medidas concretas a adoptar por los propios vitivinicultores (adecuación de la maquinaria de laboreo y demás tratamientos agrícolas, organización del trabajo, estructuración de la recolección, protocolo de actuación en bodega, etc).