Fiscal mantiene la petición de 22 años para los tres acusados del homicidio de un pastor en Cinco Casas

Actualizado: martes, 17 diciembre 2013 22:17

CIUDAD REAL, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Ciudad Real ha dejado visto para sentencia el juicio que se ha celebrado esta semana contra tres acusados del presunto homicidio de P.F.H., pastor que trabajaba en una finca de Cinco Casas (Ciudad Real) y a la que los tres imputados, de nacionalidad rumana, presuntamente entraron a robar en diciembre de 2011.

En concreto, el fiscal ha sostenido en sus conclusiones, que ha elevado a definitivas, que P.D.V., V.D. y D.M. son los presuntos responsables de los delitos de homicidio, asociación ilícita y robo con violencia, por lo que las penas totales que ha solicitado son de 22 años.

Sin embargo las defensas de los tres imputados han reducido la solicitud de prisión de P.D.V. --el único que el primer día del juicio se autoinculpó del crimen exculpando a sus compatriotas-- a 5 años por homicidio involuntario y 3 años y seis meses por robo con violencia. En el caso de los otros dos imputados, piden la libre absolución porque aseguran que no estuvieron en el lugar de los hechos.

LA OTRA VÍCTIMA

El principal testimonio de la última sesión del juicio, celebrada este jueves, ha sido el del otro pastor, M.L., que ocupaba la misma casa que la víctima en el día de los hechos en otra habitación y que también sufrió graves lesiones, como han corroborado él mismo y los forenses, que incluyeron la rotura de costillas, la afectación de un brazo "y sobre todos las psicológicas", han dicho los médicos.

M.L. ha narrado, tras un biombo, como en la noche de los hechos él ocupaba la habitación que estaba más al fondo de la casa en la que normalmente habitaban los pastores y tras "sentir un porrascazo" salió y se encontró con tres hombres --además ha dicho que vio una cuarta sombra-- que desplegaron una gran violencia, recordando que para entrar incluso derribaron el tabique de la casa.

Ha explicado que llevaban la cara tapada y sólo les veía los ojos mientras le golpeaban, que lo maniataron con su propio cinturón y le pegaron, según su testimonio, con una piedra y una barra de hierro. Cuando pasaron unos 20 minutos sin oírse ruidos, según sus cálculos, salió al salón y encontró a la víctima ya muerta.

En la sesión de este jueves también han testificado el mayoral de la finca y el vigilante de seguridad, pero dada la extensión de la misma, ninguno de los dos oyeron ni vieron nada.