BARCELONA 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Metro de Barcelona está preparado "técnicamente" para abrir toda la noche del viernes, de forma que durante los fines de semana podría funcionar 67 horas seguidas, ha explicado este jueves el vicepresidente de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), Dídac Pestaña.
Lo ha dicho después de que el presidente de la Generalitat, José Montilla, anunciara este miércoles que, si es reelegido en el cargo, el Metro abrirá toda la noche del viernes, medida que a principios de esta legislatura el Govern ya impulsó los sábados.
Una de las posibles dificultades para ampliar el horario del Metro --hacer mantenimiento-- ha quedado disipada para los viernes, ya que en los últimos años TMB "ha tecnificado más el mantenimiento y lo desplazado más a otros días de la semana", ha dicho Pestaña.
De hecho, según él, el viernes "ya no había sido nunca una gran noche de mantenimiento", ya que las tres horas sin suburbano --entre las 2 y las 5-- se reducen a la práctica a dos para reparaciones entre que el último convoy llega a cocheras y sale el primero del día.
En suma, abrir en viernes es posible tras más de tres años de apertura en sábado, lo que empezó el 14 de abril de 2007 como prueba piloto. "Técnicamente es posible, por lo tanto depende de la voluntad de la Generalitat y de su financiación", ha concluido.
Uno de los mayores saltos que el Metro realizó en cuanto su horario de apertura se produjo en junio de 1998, cuando las noches del sábado y del viernes abrió una hora más, al pasar de cerrar a la una de la madrugada a hacerlo una hora más tarde.
FALSO AVISO DE BOMBA
En relación al expediente abierto a dos empleados del Metro por alertar este martes por megafonía en un convoy de la Línea 1 de un falso atentado, Pestaña ha advertido de que es "una falta muy grave" porque es "una utilización incorrecta de elementos de comunicación".
"Es un incidente muy desafortunado, nos ha sabido muy mal al conjunto de la organización", ha admitido el vicepresidente de TMB, y ha subrayado que ha provocado alarma social y daños a la imagen para la empresa.