MADRID 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Universidad de Notre Dame, Indiana (EEUU) han descubierto que los genes juegan un papel importante en la decisión de las mariposas de migrar o no de hábitat ante el calentamiento global.
El equipo, liderado por la profesora asociada de la Universidad de Notre Dame, Jessica Hellmann, ha estudiado dos especies de mariposa, y han encontrado evidencias que sugieren que un número de variables genéticas afectan a si las especies se trasladan y a lo bien que se adaptan al cambio.
Para su estudio, que se ha presentado en la reunión American Physiological Society's Intersociety en Westminster, los expertos han manipulado la temperatura del medio de la larva lo que revela cómo las dos especies reaccionan ante el cambio climático.
Las dos especies de larva estudiadas fueron la Propertius duskywing butterfly y la Anise swallowtail butterfly, ambas, insectos de sangre fría que viven en el mismo ecosistema. La mariposa duskywing no vuela grandes distancias y vive cerca de la Costa Oeste de los EE.UU. Su desarrollo genético no se extiende muy lejos y sus larvas comen sólo las hojas de robles.
Por su parte, la mariposa swallowtail es más grande y puede volar grandes distancias. Sus genes se extienden más fácilmente mientras vuelan desde las Montañas Rocosas en dirección al oeste hacia California y se alimenta de muchas plantas.
Los investigadores realizaron experimentos entre la larva de mariposa de más al norte (Vancouver island, Canadá) y las de la parte central (California y sudoeste de Oregón). Así, expusieron a cada grupo de larvas a las condiciones del verano y el invierno del otro grupo y la alimentaron con los alimentos del otro grupo para observar, principalmente, cómo respondían las de más al norte.
El equipo concluye que las especies en Vancouver "no" responderían positivamente a un cambio de clima que se volviera similar al de California para ambas especies. "Con las condiciones veraniegas, la duskywing crece rápido y sobrevive mejor, pero el invierno es otra historia", dice Hellmann. "En el invierno cálido, crece su metabolismo y queman energía más rápido, lo que sugiere que estaban adaptadas a los inviernos fríos de Vancouver", añade.
Además, el estudio revela que las swallowtails en condiciones del centro "no responden al calor en absoluto. "Esperar que las criaturas recojan y se trasladen al norte tiene sentido teóricamente", dice Hellmann, aunque apunta que "las interacciones genéticas y fisiológicas son muy complicadas y es difícil imaginar cómo afectarán en todas las especies en cualquier lugar del mundo".