MADRID 23 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Haifa, y publicado en 'PNAS', ha encontrado evidencias de que en una pequeña localidad de Israel, llamada Maresha, se consumía pollo como alimento hace, al menos, 2.400 años.
Maresha floreció en el período helenístico, entre los años 400-200 a.C., y estaba ubicada en una ruta comercial entre Jerusalén y Egipto, según ha explicado uno de los autores del trabajo, Lee Perry-Gal. Los expertos señalan que Maresha fue un lugar de encuentro de culturas.
El descubrimiento se ha realizado tras la localización de una colección de huesos bien conservados de pollo y, tras su estudio, se determinó que no eran animales criados en la zona. Además, algunos presentaban marcas realizadas con cuchillos.
Los científicos han explicado que la 'convivencia' del hombre y estas aves existe desde hace miles de años, comenzando en el sudeste asiático y China. Pero, en esos lugares sólo se han encontrado huesos de pollo dispersos. Se cree que se criaban para ceremonias especiales y aún no eran considerados como posible alimento.
Pero, el nuevo estudio indica que en Maresha eso cambió. Perry-Gal ha explicado que se ha hallado el doble de huesos de aves hembras que de machos y, aparentemente, habían sido criados para utilizar su carne, no para ritos o peleas de gallos --algo también común en la época--.
Desde el estudio se baraja la posibilidad de que, en el clima mediterráneo seco de Israel, la gente aprendiera mejor cómo criar a un gran número de pollos en cautividad. Tal vez los pollos evolucionaron, físicamente, y se hicieron más atractivos como alimento.
Perry-Gal también cree que parte de este comportamiento se produjo por un cambio de mentalidad del ser humano hacia la comida. "Se trata de una cuestión cultural. El hombre decide que va a comer pollo a partir de ahora", ha explicado la investigadora.