Absuelven a un hombre de violar a su exmujer ante su hijo de 8 años por no quedar acreditados los hechos

Actualizado: domingo, 20 febrero 2011 13:19

VALENCIA, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -

La sección primera de la Audiencia Provincial de Valencia ha absuelto a un hombre de un delito de violación y de otro de tentativa de homicidio contra su exmujer por no quedar acreditados los hechos. El tribunal estima que faltan "indicios" para condenarle, según consta en una sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press.

Sin embargo, la Audiencia sí condena al hombre por un delito de maltrato en el ámbito familiar y por otro delito continuado de quebrantamiento de condena, con la concurrencia de la agravante de reincidencia, a la pena de dos años y medio de prisión. El fiscal pedía 23 años de cárcel por todos los delitos.

Así, considera probado que el 18 de junio de 2009, el hombre, pese a ser consciente de la orden de prohibición de acercarse a su exmujer, se presentó en su huerto, ubicado en el municipio valenciano de Albalat dels Tarongers. Entró bruscamente en la caravana que había en el lugar, donde se encontraba junto su hijo de ocho años, discutió con ellos y "se desconoce si sucedió algo más".

Ese día, según comentó la mujer en la vista, el hombre se presentó en la caravana, arrancó la puerta, le tiró encima de la cama y le intentó abrir las piernas. Tras violarla, relató que el hombre cogió un cojín e intentó asfixiarla. Luego se fue, antes de que llegara la Guardia Civil.

Sobre estos hechos, el hijo de la mujer, que ahora tiene 10 años, afirmó en el juicio que pudo ver cómo el hombre discutía con su madre y, tras ello, le quitó algo de ropa e "intentó violarla". Al ser preguntado hasta en cinco ocasiones por el término "violar" al menor, éste dijo que vio como el hombre "intentaba abrir las piernas" a su madre, y entonces se fue a pedir auxilio.

A pesar de estas afirmaciones, el tribunal absuelve al hombre de los hechos por los que era acusado al estimar que los sucesos de este día "no han quedado acreditados en su totalidad en el juicio oral". No discute la presencia del hombre en la caravana ocupada por la denunciante y su hijo, porque este hecho lo admite él, y cuenta con el aval de la llamada telefónica hecha por éste al cuartel de la Guardia Civil desde dicho inmueble.

También entiende que de la solicitud de ayuda policial se desprende la existencia de un enfrentamiento entre el hombre, la mujer y su hijo, "pero a partir de este conocimiento básico, la prueba practicada en la vista no ha ofrecido las suficientes garantías de veracidad para que el tribunal pueda alcanzar la debida convicción y dar por ciertos los concretos actos imputados al hombre", contempla la resolución.

El tribunal agrega que es "cierto" que la mujer, desde el primer momento contó los mismos actos, el de la agresión sexual y el del intento de asfixia, "sin variar apenas en la descripción de los detalles, todo muy bien historiado", y por eso mismo considera que estos datos tienen "ciertas sospechas de incredulidad".

Pero el principal ataque a la fiabilidad del testimonio viene dado por las declaraciones del hijo, "que si bien cuenta siempre lo mismo y repite las mismas expresiones, sin embargo altera con facilidad el orden de producción de las partes delictivas y omite una de ellas". De hecho, contempla que en el juicio, "tras comenzar de nuevo contando miméticamente los hechos como lo hace la madre, incluyendo el mismo tipo de lenguaje, acabó desdiciéndose y reconociendo que ni gritó al hombre, ni le pegó, ni vio que le bajara los pantalones a la madre".

LA COGIÓ DEL CUELLO

Un segundo hecho que el tribunal considera probado, es que el 6 de julio del mismo año, el hombre se presentó en el domicilio de su exmujer, y al verla llegar por la calle junto a su hijo, le agarró del bolso, la zarandeó, la cogió por el cuello, la levantó y la empujó contra la pared. En ese momento le dijo: 'cuando quiera te mato'.

Luego la soltó y la mujer logró introducirse en el portal, donde se encontraba su hijo, y se metieron los dos en el domicilio. Ellos permanecieron allí mientras el hombre llamaba insistentemente al telefonillo y aporreaba la puerta, hasta que decidió marcharse.