El Tour de Francia 2007 busca un campeón limpio y una inyección de dignidad

Actualizado: viernes, 6 julio 2007 14:30


LONDRES, 6 Jul. (EUROPA PRESS) -

El ciclismo afronta el Tour de Francia, que saldrá de la capital británica, Londres, por primera vez en su historia, con la esperanza de encontrar, con apenas nombres ilustres, una vía de escape a los constantes escándalos de dopaje que asolan su prestigio y encontrar un campeón digno que devuelva la pasión y la cultura del esfuerzo a tan bella tradición ciclista.

Un deporte al que se le acaban las oportunidades y que no puede permitirse, en su cita más emblemática, un nuevo escándalo de dopaje, aunque la mayoría de los ciclistas acudan condicionados por la firma obligatoria y vejatoria de un compromiso antidopaje impuesto por la Unión Ciclista Internacional (UCI).

Sin referencias evidentes, tras la ausencia de Iván Basso y las retiradas de campeones como Lance Armstrong o Jan Ullrich, la 'Grand Boucle', el tercer evento deportivo más trascendente tras los Juegos Olímpicos y el Mundial de fútbol, arranca mañana como una de las más impredecibles de los últimos años.

No sólo por desconocer quién se enfundará el maillot amarillo en los Campos Elíseos de París sino por saber cuándo y cómo puede estallar un nuevo desliz relacionado con el dopaje en los días que la serpiente multicolor tarde en recorrer las carreteras francesas hasta la cita en los Campos Elíseos el 29 de julio.

El Tour necesita recuperar el factor sufrimiento, el que le ha convertido en mito, aunque el recorrido no ayude precisamente a ello porque la ausencia de etapas en el Macizo Central resta posibilidades a los ciclistas para que la estrategia juegue su papel.

Las etapas serán llanas o de montaña, e igualmente faltarán, sobre todo en los Alpes, los puertos que han dado lustre a esta prueba. Sólo el tremendo Galibier aparece como gran escenario para que los 'gallos' marquen las diferencias aunque desde que sea coronado hasta la meta habrá prácticamente cuarenta kilómetros.

PIRINEOS DECISIVOS

Los Pirineos serán más decisivos, especialmente la llegada al Aubisque. Por ello cobra especial relevancia el papel de los españoles, que estarán cerca de casa en las etapas decisivas y que cuentan entre los favoritos para alzarse con el triunfo final en París.

Las figuras de Óscar Pereiro y Alejandro Valverde (Caisse d'Epargne), o Alberto Contador (Discovery Chanel), vencedor en la París-Niza, en primer plano, y las de Aimar Zubeldia (Euskaltel) o Iban Mayo (Saunier), permiten al aficionado español recobrar la emoción por la ronda gala, en la que el año pasado, a falta de figuras, destacaron gestas como las de Pereiro o la del propio Landis camino de Morzine.

Si acaso existiese el perfil de un favorito sería el de Alexandre Vinokourov, tercero en 2003 y quinto en 2005. El kazajo, cerca de cumplir los 34 años, es consciente de que se encuentra probablemente ante su última oportunidad. Un ciclista todoterreno, seguro en la lucha contra el crono y valiente y agresivo en la carretera, aunque no deberá fallar en la alta montaña porque un desfallecimiento en el Tour deja sin aspiraciones de maillot amarillo.

Vinokourov, ganador de la última Vuelta a España, lidera una nómina de aspirantes en la que se integran Denis Menchov (Rabobank), Cadel Evans (Lotto), Levi Leipheimer (Discovery Channel), Andreas Kloden (T-Mobile), Cristopheau Moreau (AG2R), ganador de la última Dauphiné Liberé, Andrey Kashechkin (Astaná) o el luxemburgués Frank Schleck.

Con su recorrido de 3.547 kilómetros, 11 etapas en terreno llano, seis en montaña, con cuatro metas en alto y dos luchas contra el crono, con más de 100 kilómetros acumulados, el Tour dictará sentencia un año más con la necesidad de reencontrarse con la dignididad y la credibilidad que le convirtieron en uno de los mitos del deporte.