La OIT alerta de la "desvalorización" de la dignidad del trabajo y apuesta por no olvidar su dimensión social

Actualizado: miércoles, 5 abril 2006 16:21


MADRID, 5 Abr. (EUROPA PRESS) -

El director general de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), Juan Somavia, consideró hoy que actualmente los efectos de la globalización en el mundo han generado una "desvalorización" de la dignidad del trabajo y lo han reducido sólo a ser parte del proceso productivo, "sin tener en cuenta que para la persona que lo ejerce es fuente de dignidad personal, estabilidad familiar, paz en las comunidades y fortalecimiento de los sistemas políticos".

Durante su intervención esta mañana en Madrid en un desayuno informativo organizado por el Foro de la Nueva Economía, Somavia explicó que, en este sentido, es importante "no olvidar la dimensión social del trabajo", que afecta también al fenómeno actual de la globalización. "Si este fenómeno se reduce sólo al puro desarrollo económico se estará olvidando el concepto central en el que debe basarse, que es el trabajo decente", señaló.

Somavia se refirió también a la, en su opinión, crisis mundial que sufre el empleo hoy por hoy, y a la escasa conciencia global sobre ello. "La economía global no está generando suficiente empleo para cubrir las necesidades de empleo", dijo. En los últimos diez años el empleo ha crecido a nivel mundial un 25%, pero el 50% de los trabajadores pobres en todo el mundo viven con menos de 2 dólares diarios. En países de África o América Latina más del 50% de los empleados trabajan en la 'economía informal'.

Este problema, apuntó, "no debe ser considerado 'de otros', porque, debido a la globalización, será un fenómeno que acabará afectando a todos, algo que ya se ha demostrado con la inmigración y la llegada de personas de países pobres donde no tienen trabajo a países desarrollados que deben afrontar este reto".

En su opinión, "se ha perdido el punto de vista de esta dimensión social que tiene el trabajo", cuya crisis es también un problema de los países desarrollados, que se enfrentan a fenómenos como la deslocalización de empresas, la inmigración, la competencia de mercados como China, etc. "Es un problema global que responde al hecho de que el trabajo no está suficientemente bien reconocido", insistió Somavia.

Esta crisis, --continuó--, "está afectando a los sistemas políticos y a su estabilidad y credibilidad", porque en países, "en los que ha costado mucho instaurar la democracia", los ciudadanos se sienten "decepcionados" por no conseguir lo que esperaban del sistema por el que tanto han luchado. "Ven que éste no responde a sus expectativas y que las reglas de la globalización no son justas para ellos, produciéndose así efectos negativos en la credibilidad".

El resultado es el aumento de las tendencias proteccionistas en muchos países, las demandas de más control de la inmigración, incluso con tintes xenófobos, y cobran fuerza diferentes formas de violencia activa y pasiva, falta de diálogo, y con ello desestabilización e incertidumbre, especialmente en las clases medias, cuya 'tranquilidad' y bienestar "equilibra mucho las sociedades".

LA SOLUCIÓN, EL TRABAJO DECENTE

Entre las soluciones a estos conflictos Somavia apostó por "colocar en trabajo decente en el corazón de las políticas nacionales de todos y cada uno de los países como objetivo primordial".

Hasta ahora, la prioridad había sido la estabilidad macroeconómica, que "era necesaria", pero superada esa etapa, lo importante es "la creación de empleo", para hacer funcionar lo que denominó el 'círculo virtuoso', esto es, "el crecimiento produce riqueza, ésta creación de empleo, la riqueza se distribuye y con ello se genera consumo y éste a su vez mayor producción, y por tanto, más empleo".

Si no hay empleo, "no se contribuye al sistema de Seguridad Social, hay menor riqueza y por tanto menor ahorro y consumo, sin el que no hay producción y por tanto, empleo", de nuevo el 'círculo', pero esta vez, no es 'virtuoso', porque sin el "dinamizador" que supone el trabajo, este círculo no funciona. "Sólo hay que pensar en que en los países en los que los padres no tienen trabajo acaban trabajando sus hijos y se producen así fenómenos como la explotación y trabajo infantil", añadió.

De ahí su apuesta por encontrar soluciones a estos problemas nacionales, e incluso "locales", y no globales, porque la gente "vive localmente" y es necesario un nuevo equilibrio en esta economía global, porque las personas "desean quedarse para trabajar y desarrollarse donde nacieron y crecieron". En este sentido, la 'clave' es la creación de empleo, de nuevo basado en el trabajo decente, la innovación, la estimulación y la creación de empresas, con un papel fundamental de las de pequeño tamaño.

ESPAÑA, EJEMPLO DEL DIÁLOGO SOCIAL

Para llegar a estas soluciones abogó por el diálogo social, un elemento esencial donde sus actores, --las empresas y los sindicatos--, "deben desarrollar los niveles de confianza suficientes", y que organizaciones como la OIT están impulsando y ya se reconocen en todos los foros internacionales en los que se habla de estos asuntos.

En su opinión, es necesario un mayor nivel de colaboración y trabajo conjunto entre todos los organismos internacionales, --OIT, OMC, Banco Mundial, FMI, etc--, que actualmente "no se están dando" porque cada uno tiene sus mandatos. De forma independiente cada una de ellas "no tiene todas las soluciones", pero sí de forma conjunta.

Como ejemplo de diálogo social Somavia se refirió a España, donde destacó "la calidad de este diálogo" y su desarrollo, que puede ser un modelo o ejemplo a seguir por otros países para alcanzar sociedades con confianza en sí mismas. "En España este diálogo puede ser una experiencia extraordinaria a compartir con otros países del mundo", aseguró.

A su juicio, este proceso "está funcionando muy bien en España", aunque todavía haya aspectos pendientes, como la temporalidad o la siniestralidad, que se dan, pero que "ya están en la agenda para buscar soluciones". Y es que, dijo, "la agenda del trabajo decente no se resuelve de una vez, siempre hay cosas que mejorar". Precisamente, "esos temas están en la agenda de España y este país puede ser una fuente de aprendizaje muy importante para otros", añadió.