El vicepresidente del Gobierno asegura que la fortaleza del euro no ha perjudicado a las exportaciones españolas fuera de la UE
LUXEMBURGO, 9 Oct. (EUROPA PRES) -
El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, dijo hoy que las entidades financieras españolas más dependientes de las hipotecas tendrán que "replantear" sus actividades tras la ralentización del mercado inmobiliario y el impacto de las turbulencias financieras, algo que consideró "normal". Reiteró no obstante que está "bastante tranquilo" sobre la situación del sistema financiero español "en su conjunto".
Solbes hizo estas declaraciones al ser preguntado por la advertencia lanzada la semana pasada por Moodys sobre las cajas españolas. La agencia estadounidense de calificación crediticia aseguró que cinco cajas de ahorro pueden ver rebajada su solvencia financiera en las próximas fechas si persiste el deterioro inmobiliario.
El vicepresidente señaló que "cada agencia de 'rating' tiene derecho a dar sus opiniones", pero pese a todo se declaró "bastante tranquilo respecto al sistema financiero español en su conjunto". No obstante, admitió que "en una situación de una cierta reducción del crédito, aquellas entidades que dependen más del crédito externo vinculado a la financiación de vivienda, posiblemente tendrán que replantear sus inversiones y sus créditos", algo que a su juicio "entra dentro de lo normal".
Solbes también descartó que el endurecimiento de las condiciones de crédito como consecuencia de las turbulencias vaya a afectar a España más que a otros países de la UE por su alto nivel de endeudamiento. En este sentido, señaló que, aunque el endeudamiento de las familias ha aumentado "de forma significativa", sigue estando por debajo del que se registra en otros Estados miembros.
En cuanto a las empresas, el vicepresidente admitió que puede haber alguna compañía "con mayores riesgos de financiación", pero agregó que, en general, "la posición de las empresas es muy cómoda en términos de beneficios y de financiación".
En cualquier caso, reconoció que la menor disponibilidad de crédito afectará al crecimiento económico, pero subrayó que el Gobierno ya había previsto antes de las turbulencias financieras "una caída de la actividad de medio punto el año que viene".
Por ello, se mostró convencido de que no será necesario revisar a la baja la previsión de crecimiento de la economía española del 3,3% para 2008. "Nosotros seguimos pensando que, por lo que conocemos de las cifras del tercer trimestre, que siguen siendo buenos datos, el 3,3% es una cifra posible", apuntó.
"Nuestra posición es de una cierta tranquilidad, una esperanza de que este tipo de comportamiento de reducción del crédito vaya superándose de forma progresiva, y si eso es así no deberíamos esperar grandes sorpresas adicionales el próximo año", destacó el vicepresidente del Gobierno.
Insistió en que no ve necesario introducir ajustes en los presupuestos generales del Estado para 2008 a raíz de la tormenta financiera porque España se encuentra en una "posición cómoda" gracias al superávit, y cuenta con "margen de maniobra" en las cuentas del Estado, que se encuentran en tramitación parlamentaria.
"Es evidente que la solidez de las instituciones financieras en Europa nos hacen pensar que el impacto de estas turbulencias y de esta situación de una cierta restricción de liquidez debe ser limitado. Aunque obviamente es todavía muy pronto para definir cuál va a ser la incidencia real sobre la economía", insistió el vicepresidente económico.
ESCASO IMPACTO DEL EURO FUERTE EN ESPAÑA
Solbes reiteró que la fortaleza del euro frente al dólar y el resto de divisas internacionales "hasta ahora no ha tenido un impacto excesivamente significativo en términos de exportaciones", y afirmó que las ventas al exterior han estado más condicionadas por otros factores internos como la productividad o los costes laborales.
En este sentido, puso como ejemplo que las exportaciones españolas fuera de la eurozona crecieron un 30% entre 2001 y 2006, mientras que las ventas intracomunitarias sólo aumentaron un 15% por la baja demanda de las economías comunitarias. El vicepresidente subrayó además que España e Irlanda son los países de la zona euro que más incrementaron su cuota de mercado entre 1995 y 2005.
"La competitividad española en el sector industrial se mantiene, aunque eso no debe hacernos olvidar necesidad de seguir adelante con reformas que flexibilicen los mercados de productos", señaló Solbes.
