Las familias españolas sólo poseen el 24% de las acciones cotizadas

Actualizado: viernes, 14 abril 2006 2:03


MADRID, 14 Abr. (EUROPA PRESS) -

Invertir los ahorros en acciones ha dejado de ser una opción tan atractiva para las economías de las familias españolas como lo fue antaño. Así lo demuestran los últimos datos publicados por Bolsas y Mercados Españoles (BME) que reflejan cómo, de forma progresiva, las familias españolas han ido reduciendo tanto su presencia en la bolsa que en los últimos años se ha visto disminuida en un 9 por ciento. Las economías familiares poseían en 2004 un 24,1 por ciento de las acciones de las empresas españolas cotizadas, mientras que en el año 1998 este porcentaje se elevaba hasta superar el 35 por ciento del total. Ahora, la mayor parte de las acciones de nuestras empresas continúan estando en manos de los inversores extranjeros, que siguen manteniendo el primer puesto desde hace casi diez años con el 35 por ciento.

El informe realizado por el BME destaca que, en conjunto, la estructura de la propiedad de acciones cotizadas en la bolsa española muestra "una saludable diversificación que garantiza la liquidez en etapas alcistas y bajistas, y un grado notable de estabilidad con rangos estrechos de variación".

Después de unos años donde la presencia de las familias en la bolsa se vio incrementada de manera notable -sobre todo entre 1995 y 1998-, a partir de 1999 esta tendencia se invirtió y las acciones que están bajo el control de las economías domésticas se han ido reduciendo progresivamente hasta llegar al 24,1 por ciento en 2004, frente al 26 por ciento del ejercicio anterior.

Bastante lejos del 35 por ciento que se encuentra en manos de los inversores extranjeros que continúan manteniendo su posición como primer sector propietario de acciones españolas, con una participación que sigue prácticamente inalterada desde hace más de 10 años. En concreto, la evolución en ese periodo arroja un máximo del 37,4 por ciento en 1996 y un mínimo del 34,3 por ciento en 1999.

La consistencia de estos altos niveles de participación encuentra su motivación en las operaciones de compra de sociedades extranjeras por parte de las principales empresas cotizadas en la bolsa española instrumentadas mediante intercambio de acciones. El informe de BME reconoce que aunque algunos de esos accionistas no residentes incorporados al accionariado de la matriz española venden sus acciones en el mercado tras el canje, también subraya que muchos se mantienen, como demuestra el importante porcentaje de acciones cotizadas en manos de inversores no residentes.

LAS EMPRESAS, EN SEGUNDO PUESTO

Las empresas se sitúan en segundo lugar y acaparan la propiedad del 23 por ciento de las acciones cotizadas en las bolsa española. Desde el año 2000 las sociedades no financieras vienen marcando porcentajes superiores al 20 por ciento tras el notable incremento experimentado a partir de 1998 -coincidiendo con la salida a bolsa de compañías filiales de los grandes grupos empresariales españoles como TPI o Sogecable- cuando sólo eran propietarias del 5,8 por ciento de las acciones cotizadas.

En cuanto a los bancos y cajas de ahorro, en el año 2004 aumentaron su control de acciones de empresas cotizadas en un punto, hasta el 8,7 por ciento desde el 7,7 por ciento del año anterior. Un porcentaje que está está todavía lejos de los niveles alcanzados en 1992 cuando llegaron a poseer el 15,6 por ciento del total. Este incremento se produjo básicamente por las cajas de ahorro que han aumentado su posición en renta variable en los últimos años tomando o subiendo posiciones en empresas de diferentes sectores, mientras que los grandes bancos han vendido, en general, participaciones de control en empresas cotizadas.

Por su parte, las instituciones de inversión colectiva han aumentado en los últimos años ligeramente su participación en la propiedad de las acciones españolas, hasta el 6,3 por ciento. A pesar del fuerte aumento experimentado por el patrimonio de los fondos de inversión en 2003 y 2004, el destino de ese nuevo patrimonio no ha sido la inversión directa en acciones sino, fundamentalmente, la toma de participaciones en otros fondos de inversión.