Economía.-IEF pide a Gobierno que sea más activo en la negociación colectiva y haga reforma laboral si no hay acuerdo

Actualizado: jueves, 8 octubre 2009 17:27

Barceló exige que "se abarate el empleo" y aboga por trasladar las fiestas a lunes o viernes, además de nuevas normas sobre absentismo

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SEVILLA, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF) y copresidente del grupo Barceló, Simón Pedro Barceló, exigió hoy al Gobierno central que adopte una posición más "activa" en la negociación colectiva, de forma que si no es posible alcanzar un acuerdo a través de las conversaciones con sindicatos y empresarios, a su juicio, el Ejecutivo "debe ser el que realice esa reforma".

Barceló, que pronunció hoy una conferencia titulada 'Competitividad y empresa familiar', dentro del Foro Encuentros 2000 de la Fundación Antares, demandó asimismo al Gobierno central que reduzca el esfuerzo fiscal que se exige a las empresas.

De esta forma, a su juicio, se debe extender la reducción del tipo del Impuesto sobre Sociedades, en cinco puntos porcentuales, a todas las empresas, "con lo que se situaría el tipo impositivo en la media de la UE". Consideró también "prioritario" aprobar la exención fiscal de la reinversión de beneficios, puesto que "en estos momentos y en los próximos años las empresas van a seguir con problemas para acceder a recursos".

Barceló destacó que las empresas que han seguido una gestión rigurosa, basada en un crecimiento constante, pero sin caer en riesgos inasumibles ni en la especulación, "son las que en estos momentos sostienen la economía".

Asimismo, los empresarios familiares reivindicaron un liderazgo político que "tenga visión de largo plazo, sea valiente a la hora de acometer reformas y genere consensos", una responsabilidad que comparten "los gobiernos central y autonómicos, los ayuntamientos y la oposición".

El máximo dirigente del IEF apuntó que la competitividad de un país "depende de sus empresas, pero no es una condición suficiente, pues necesita además de una política económica que incentive la inversión y el consumo", tras lo que reconoció que los empresarios familiares echan de menos "una verdadera apuesta por la competitividad del tejido productivo".

De esta forma, a su juicio, "no tiene sentido que mientras el sector privado congela o reduce sueldos y pierde más de un millón de empleos, las administraciones públicas aumenten el número de funcionarios y pacten subidas salariales".

Barceló apuntó la necesidad de una serie de reformas, de manera que además de la reforma fiscal, abogó por una reforma laboral, que debe tener como objetivo "reducir los costes que conlleva el empleo, y no los que supone su destrucción".

"Nuestro objetivo debe ser abaratar el empleo y no el despido", aseveró Barceló, quien consideró que esto se puede lograr aprobando una serie de medidas, como reducir las cotizaciones que pagan las empresas a la Seguridad Social por sus trabajadores; aprobar una nueva legislación en materia de absentismo laboral; o mejorar la gestión de los servicios públicos de búsqueda de empleo.

Barceló también abogó por diseñar "un nuevo calendario laboral, que permita trasladar las fiestas a los lunes o los viernes".

El dirigente empresarial reconoció que es consciente de que "para que una reforma de este calibre pueda aprobarse, la negociación colectiva debe afrontarse de otra forma", de manera que, a su juicio, "le corresponde al Gobierno liderar este proceso".

Para el copresidente del grupo Barceló, el Ejecutivo "debe adoptar una posición más activa y debe esforzarse al máximo en lograr un gran acuerdo, pero si no es posible y a través de las conversaciones con sindicatos y patronal no se pactan propuestas, el Ejecutivo debe ser el que las realice".

"Resulta prioritario recuperar plenamente la confianza de los ciudadanos en el espíritu emprendedor como motor de bienestar y de cohesión social", aseveró este empresario, para el que lograr este objetivo en el futuro no se podrá basar el crecimiento "en el apalancamiento, en la especulación, en la ingeniería financiera o en la falta de transparencia".

Así, a su juicio, habrá que evolucionar hacia "un modelo de gestión mucho más responsable, eficiente, respetuoso con el medio ambiente, basado en la innovación y en la internacionalización, y donde lo industrial, y no lo financiero, sea la base de las ventajas competitivas".