MADRID, 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
El juicio por la demanda presentada por Otaysa Turismos contra Hispamer, actual Santander Consumer, por cobro indebido e incumplimiento de contrato y al que reclama 4,8 millones de euros quedó hoy visto para sentencia tras la vista celebrada en el Juzgado de Instrucción número 52 de Madrid.
Los juzgados madrileños de Plaza de Castilla habilitaron el salón de actos para celebrar la vista oral, dada la asistencia de un centenar de perjudicados, que podrían recuperar una media de 3.000 euros cada uno.
Durante la misma, declararon una decena de testigos por parte de Otaysa, entre los que se encontraban dos directivos del BBVA y de El Corte Inglés, que se estudiaron posibles entradas en el capital de la compañía, antiguos trabajadores y empleados y clientes que corroboraron la viabilidad del negocio y el buen funcionamiento de la primera y única comercializadora de vehículos multimarca que ha existido en España.
Por parte de Santander Consumer, declararon el entonces director general de Hispamer, Francisco López Oviedo, y el perito Luis Palomares. López Oviedo explicó que la financiera decidió romper el contrato en febrero de 2000 por el "riesgo" que entrañaba el negocio.
Asimismo, alegó que Pintado se negó en diciembre de 1999 a negociar la modificación de las cláusulas del acuerdo, tras dos años y medio de colaboración, para que la financiera pagara un año de póliza en el momento de la compra del vehículo en lugar de los tres establecidos en el contrato.
"¿Conoce a algún cliente que venga como testigo a afirmar que haya ido a arreglar el coche a Otaysa Turismo y no le atendieran?", preguntó la juez María Teresa Santos al abogado defensor, que solicitó la desestimación de la demanda.
El abogado demandante y antiguo presidente de Otaysa, Santiago Gómez Pintado, acusó a Santander Consumer de infringir la Ley de protección del Crédito al Consumo de 1995 y pidió a la juez que obligue a la financiera a devolver, a las cerca de 300 personas afectadas a las que representa, las cantidades cobradas "ilegalmente" más los daños y perjuicios causados, según apuntó Pintado en sus conclusiones.
Otaysa e Hispamer, entonces filial del Banco Central Hispano, firmaron un contrato de colaboración en octubre de 1997 bajo el que durante dos años y medio llegaron a vender 1.500 coches con la llamada 'Fórmula Otaysa', que ofrecía seguro y todo el mantenimiento de los vehículos a cambio de una cuota mensual.
La financiera aportaba las pólizas de crédito necesarias para mantener los 'stocks' de coches de la comercializadora, contrataba los seguros con los clientes, y Otaysa ofrecía el servicio de venta, mantenimiento y reparación de los automóviles.
En febrero de 2000, Hispamer comunicó por carta a Otaysa la retirada inmediata de la financiación provocando la quiebra de la empresa en menos de un año, lo que supuso el fin de las empresas comercializadoras automovilísticas multimarca en España. Otaysa consiguió devolver 3,2 millones de euros a los clientes por los anticipos pagados por sus pólizas, mientras que Santander Consumer no asumió ningún pago.
