MADRID, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -
El establecimiento de una Oficina de Reformas que actúe como "guardián" de un plan común de medidas, ayude a los ministerios a coordinar sus acciones al unísono y controle los avances de cada uno de los organismos facilitaría la salida de la crisis, según un informe elaborado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) y McKinsey&Company.
No obstante, el estudio remarca que la crisis económica actual es "diferente" a las vividas anteriormente por la atonía de la demanda interna que se prolongará los dos próximos años, la política monetaria y la presencia de otros asuntos como el malestar social.
Por todo ello, aboga por la implantación de una visión que defina "claramente" los objetivos del país, junto a la aplicación de un plan de acción, el establecimiento de una Oficina de Reformas y la comunicación tanto de los avances como de las dificultades que supongan los progresos.
El socio y office manager en España de McKinsey&Company, Alejandro Beltrán, ha subrayado que el 70% de los cambios en el sector privado fracasan, a la vez que ha insistido en que la dificultad se incrementa en el caso del sector público.
Asimismo, el director de la Cátedra Fedea-McKinsey y catedrático de London School of Economics, Luis Garicano, ha destacado que entre las visiones que podría adoptar España se encontrarían algunas tan particulares como convertirse en "la Alemania del Sur" o en "la California de Europa", todo ello a través de un plan coordinado que establezca "un contrato por ministerio" y rompa tabúes.
Garicano ha puesto como ejemplo las medidas adoptadas por Suecia en 1990 con las que en tan sólo cuatro años salió de un déficit del 11% y puso en marcha una reestructuración de su sistema financiero. También ha hecho referencia al plan de Holanda entre 1982 y 1990 en el que llevó a cabo una reforma "gigante" de su Seguridad Social.
A SEMEJANZA DE ALEMANIA, FRANCIA Y PORTUGAL.
Respecto a la Oficina de Reformas, la socia de McKinsey&Company, Gloria Macías-Lizaso, ha subrayado que el organismo español debería tener una gestión centralizada similar a la que poseen las oficinas de Alemania, Francia y Portugal, debido a la transversalidad del proceso y a la urgencia del mismo.
Además, ha apostado por un perfil más técnico que político al frente de la misma y por un equipo multidisciplinar con miembros provenientes del sector privado y del público.
Preguntado por la Oficina Económica que puso en marcha el Gobierno socialista, Beltrán ha alegado que no depende del organismo en sí que las cosas salgan bien, sino de que si el plan es equivocado, no funcionará.
Por su parte, Garicano ha valorado que la oficina no funcionaría sin el compromiso de las comunidades autónomas, aunque ha remarcado que el hecho de que casi todas tengan "el mismo color" y el PP sea un partido "jerárquico" facilitará la labor.
CUESTIÓN DE AÑOS.
En cuanto a los años que se necesitarían para obtener resultados, el catedrático de London School of Economics no ha querido realizar una estimación, aunque ha elogiado la "calidad humana" del Gobierno socialista de 1982, al considerar que fue capaz de sacar a España de una situación complicada.
"Con confianza y ganas la situación puede cambiar más rápido de lo que pensamos", ha afirmado Garicano, que ha compartido con Beltrán la opinión de que si el proceso que proponen se hace bien, la probabilidad de que funcione es del 100%.
Por su parte, el director ejecutivo de Fedea, Pablo Vázquez, ha insistido en que esta propuesta persigue el objetivo de que las cosas funcionen, al considerar que con frecuencia las buenas intenciones se quedan sólo en eso.
