Economía/Macro.- El Banco de España insta a proseguir en la liberalización del sector de servicios no turísticos

Actualizado: viernes, 7 mayo 2010 13:19

MADRID, 7 May. (EUROPA PRESS) -

El Banco de España recomienda "proseguir" en la flexibilización y liberalización del sector de servicios no turísticos en el marco de la trasposición de la Directiva Europea de Servicio, con el fin de estimular la competitividad exterior de las empresas españolas, según recoge el supervisor en su Boletín Económico de abril.

La institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordoñez resalta la "participación activa" de la economía española en la internacionalización del sector en la UE, y lo considera una "contrapartida" a los "avances más limitados" en el comercio de bienes.

En concreto, España consolidó su posición competitiva en el comercio de servicios no turísticos durante los años previos a la crisis, al pasar de una cuota de exportación del 1,8% en 1995 al 3,1% en 2008, sobre todo cimentada en la expansión de los servicios empresariales y de construcción.

No obstante, el Banco de España constata la deficiencia competitiva de la economía española en servicios de contenido tecnológico y financiero con respecto a los países comunitarios, si bien precisa que la internacionalización de las entidades financieras españolas se realiza sobre todo con inversión directa y no a través del comercio exterior.

El peso total de España en el comercio internacional de servicios no turísticos de la UE se elevó hasta casi el 6% en el trienio de 2005-2008, frente al incremento del 3% de otros servicios.

Con todo, el organismo regulador estima que la exportación de servicios españoles aún tiene recorrido al alza, al recordar que la internacionalización sigue por debajo de las economías más desarrolladas de la UE. "Queda margen para promover aumentos adicionales de la participación de España en el comercio mundial, especialmente en aquellas actividades en las que su economía es más competitiva", concluye.

El Parlamento y Consejo Europeo aprobaron en 2006 un directiva tendente a evitar que una regulación excesiva de los mercados de servicios se convirtiera en un lastre competitivo y entorpeciera la creación de un mercado único.