MADRID, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, advirtió hoy de que volver a proteccionismos o intervencionismos no ayudaría a salir de la crisis actual, por lo que animó a seguir creyendo en el mercado, en la sociedad civil y en los emprendedores. "Regulaciones, las justas", proclamó.
Díaz Ferrán, en rueda de prensa para presentar el primer foro mundial del talento, que se celebrará en Navarra dentro de 15 días, reconoció que una de las causas de la crisis ha sido la falta de regulación "en algunos sectores concretos", lo que ha permitido que se hicieran "tropelías".
No obstante, matizó que lo ocurrido no debe conducir a prácticas intervencionistas. "El intervencionismo no es la solución. La regulación debe ser la adecuada y la justa", insistió el dirigente empresarial.
El presidente de la CEOE aseguró que en España "sobra paro" y lamentó que, cuando la economía española atravesaba épocas de bonanza, "no se hicieran los deberes". "Ha habido un montón de reformas que no se han hecho, ya se las hemos puesto sobre la mesa al Gobierno actual y ya lo veníamos diciendo en la legislatura pasada", recordó.
Para Díaz Ferrán, uno de los temas clave es el talento y la "imprescindible y necesaria" relación que debería existir entre la universidad, la empresa y el talento, ecuación a la que, según dijo, hay que prestarle más atención de la que se le ha prestado hasta la fecha, a fin de que la economía tarde menos en salir de la crisis y ésta no se prolongue mucho en el tiempo.
"CRISIS O MUTACIÓN ASQUEROSA".
En la misma rueda de prensa, el comisario técnico del primer foro mundial sobre el talento, Enrique de Mulder, manifestó que ha sido el "talento codicioso" el que ha causado la crisis o cómo él la definió "esta mutación asquerosa".
A ella ha contribuido además la existencia de "resquicios regulatorios" y la ausencia de mecanismos coercitivos a nivel mundial. "Yo personalmente, si fuera juez, habría metido a más de uno preso", agregó.
En su opinión, este talento, basado en la codicia, es un "talento muerto", frente al "talento ético", que es el que se necesita para el futuro y que debe tener una regulación a su servicio. "Para convivir necesitamos talento y normas", concluyó.
