Un 15% de los empresarios ha dado este paso, pero siguen siendo un 54% los que ven con preocupación los próximos trimestres
MADRID, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -
El pesimismo creció en el entorno de las grandes economías durante el tercer trimestre del año, pero en España retrocedió reemplazado por la incertidumbre. Pese a todo, un 54% de los empresarios españoles viendo con preocupación el futuro económico, fundamentalmente por la escasez de liquidez, y solo un 20% se declaran optimistas.
Éstas son las principales conclusiones del 'International Business Report' correspondiente al tercer trimestre de Grant Thornton, el barómetro de optimismo que realizar a partir de las opiniones de empresarios de 39 países de todo el mundo.
En este ranking, las empresas españolas muestran parámetros muy inferiores a la media europea y del mundo, si bien no agudizan el pesimismo en el que se hundieron en 2008, como sí lo hacen otros países como Finlandia, Italia o Francia, y muestran ahora más incertidumbre a la espera de los acontecimientos económicos y políticos tanto en España como en la UE.
Concretamente, el 54% de los empresarios españoles siguen instalados en el pesimismo, después de que un 15% haya pasado de esta postura a la de incertidumbre, y solo un 20% dice ver los próximos trimestres con optimismo. Gracias a este cambio de postura, éstos son los mejores resultados registrados por el barómetro desde la brusca caída de las perspectivas económicas registradas por las empresas en 2008.
FALTA CAPITAL CIRCULANTE.
Entre los principales quebraderos de cabeza de las empresas españolas, destaca la falta de capital circulante, mencionada por un 51% de los encuestados, seguida de la financiación (47%) y la dificultad de acceso a préstamos a largo plazo (44%).
Asimismo, las escasez de demanda se ha agudizado notablemente respecto al segundo trimestre y afecta ahora al 43% de las empresas, al tiempo que la normativa y las trabas administrativas también ha pasado de ser una dificultad menor a preocupar al 30% de los empresarios.
LOS EMPRESARIOS NO SE RINDEN.
Pese a este panorama de pesimismo, los empresarios europeos están decididos a hacer mayores esfuerzos y prevén incrementar el gasto en investigación y desarrollo, en medios de producción y en nuevos edificios.
Además, la mayoría de las empresas asumen también que para superar la reducción de la demanda será preciso aplicar rebajas de precios en sus productos y servicios.
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