Eusebio Rial: "La prevención minimizaría los trastornos musculoesqueléticos en la UE, cuyas cifras no varían desde 2000"

Actualizado: jueves, 22 noviembre 2007 12:30

Con motivo de la Semana Europea de los trastornos musculoesqueléticos (TME) que se celebró en toda la UE el pasado mes de octubre, el director del Observatorio Europeo de Riesgos Profesionales, Eusebio Rial, repasa la incidencia de los trastornos musculoesqueléticos (TME) que afectan a una cuarta parte de la población --cerca del 28% de los europeos--, una cifra "que no ha disminuido en los últimos siete años" por lo que apuesta por la prevención para minimizar esta dolencia.

Los TME constituyen en España, al igual que en el conjunto de Europa, el problema de salud más frecuente relacionado con el trabajo: uno de cada cuatro trabajadores padece de dolores de espalda o musculares, y para las mujeres es un riesgo que va en aumento.

- ¿Qué balance hacen de la Semana Europea de los trastornos musculoesqueléticos (TME)?

Esta campaña informativa se hace a nivel europeo y es un trabajo que merece la pena repetir en el tiempo. Los TME llevan con nosotros desde el principio de los tiempos pero no les hemos prestado la atención que se debería.

Cada país tiene su propio sistema de recogida de datos, por lo que es muy difícil homogeneizar, aunque todos los países europeos tienen en su lista de prioridades los trastornos TME y el estrés, con el agravante de que interactúan el uno con el otro. Cuando estás más tenso, el aparato musculoesquelético y muscular peor está.

De todos modos, en todos los países estamos a un nivel similar, con una media del 28%, y el problema radica en que estas cifras no han disminuido en los últimos siete años. De ahí la importancia de la sensibilización.

- ¿Cómo se producen los TME?

Según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, los factores que contribuyen a la aparición de los TME en la parte superior del cuerpo, son, entre otros, factores físicos como la aplicación de fuerza al levantar, transportar, empujar o tirar de cargas y utilizar herramientas, los movimientos repetitivos, las posturas incómodas y estáticas, trabajar con las manos por encima del nivel de los hombros, las vibraciones, frío o calor excesivos, la mala iluminación...

Entre los factores organizativos y psicosociales se encuentra el trabajo exigente, la falta de control sobre las tareas efectuadas y escaso nivel de autonomía, la escasa satisfacción profesional, el trabajo repetitivo y monótono a un ritmo rápido o la falta de apoyo de compañeros, jefes y directivos.

- ¿Qué sectores son más sensibles a padecer TME?

Los TME nos afectan a todos, no se salva nadie, pero es cierto que hay algunos sectores en los que inciden más como el de la construcción, la agricultura, el transporte o el sector sanitario, que está en auge, ya que tenemos que pensar que la Ley de Dependencia acarreará un ejército de cuidadores, principalmente mujeres, un sector que sufre doble carga: en sus casas y en el trabajo.

- ¿Cuál es el nivel de concienciación respecto a los TME que existe en la UE?

Tanto los sindicatos como los empresarios están muy sensibilizados pero tenemos que desmitificar que la prevención de riesgos es complicada. Hay que mirar lo que cuesta la prevención pero también lo que cuesta no hacerlo. Las medidas de prevención son muy sencillas y no todas requieren una gran inversión; lo que hace falta es una buena base. La evaluación de riesgos básica consta de un 80% de sentido común y un 20% de conocimientos técnicos.

- Como Director del Observatorio Europeo de Riesgos Laborales, ¿cuáles son las enfermedades emergentes a las que se enfrenta la UE?

Las derivados de las nanotecnologías, el estrés, los citados TME... También existen riesgos biológicos y pandemias globales, como la gripe aviar o el VIH sida. De cara a 2008, vamos a trabajar en tres temas principales: las pandemias --a principios del próximo año se publicará un informe en este sentido--, los trastornos psicosociales como el estrés, la violencia y el acoso, tanto sexual como el psicológico que están registrando unas cifras realmente alarmantes; y los riesgos químicos, ya que a raíz de la reciente aprobación del Reglamento Reach se hace más necesaria la sensibilización.