Actualizado 10/07/2006 20:06

RSC.- La Asociación Médica de Perú alerta de que la empresa Ventria testó en niños un nuevo tipo de arroz trasgénico

Les procupa que una compañía estadounidense elija Perú para la experimentación humana, porque los estándares "no son tan rigurosos"


MADRID, 10 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Asociación Médica de Perú denunció estos días que la empresa farmacéutica estadounidense Ventria Bioscience, ha experimentado con niños lactantes para evaluar la efectividad de un arroz transgénico que contiene genes humanos cuyas proteínas serían usadas para el tratamiento de la diarrea aguda.

El experimento se conoció a través de un estudio presentado en el reciente Congreso de las Sociedades Académicas de Pediatría en San Francisco, donde la doctora peruana Nelly Zavaleta, del Instituto de Investigación Nutricional (institución privada) presentó los resultados. Ella trabajó con un equipo médico de nacionalidad peruano-estadounidense en el Instituto Especializado de Salud del Niño en Lima y el Hospital Belén en Trujillo, en Perú.

Según datos recogidos por la prensa local peruana, Zavaleta explicó que este equipo experimentó con menores de entre 3 y 36 meses, internados en el Instituto Especializado de Salud del Niño y el Instituto de Investigación Nutricional en Lima, para evaluar el efecto de las proteínas producidas por un tipo de arroz transgénico con genes humanos en casos de diarrea y deshidratación aguda. Se hicieron estudios clínicos con unos 140 niños, elegidos al azar.

A todos ellos se les suministró una solución líquida para hidratarles, que incluía dos proteínas humanas sintetizadas en un tipo de arroz genéticamente modificado con genes humanos, --los genes que sintetizan las proteínas humanas Lactoferrina (LF) y lisozima (LZ)--, y se comparó con menores tratados con soluciones orales con glucosa (formulación de la OMS) y otro grupo que recibió una solución a base sólo de arroz.

Esta es la primera vez que se experimenta con infantes, usando productos procedentes de cultivos transgénicos que contienen genes humanos. Estas proteínas pueden encontrarse de manera natural en la leche materna, las células epiteliales, la saliva y las lágrimas.

Según la doctora, no son los métodos estadísticos utilizados por la compañía lo que les preocupa, "sino que una compañía de Estados Unidos vayan a Perú para realizar ensayos de este tipo, porque los estándares para la experimentación humana no son tan rigurosos en Perú como lo son en Estados Unidos".

"En general, es impropio probar drogas en niños cuando ellos no tienen nada que ganar, pues la terapia de rehabilitación en niños con diarrea funciona bien en general, y es totalmente innecesario retener a los niños en el hospital por 48 horas", señaló. "Algunas horas con una enfermera que ayuda a los padres a superar la crisis es suficiente", agrega. Luego el bebé puede volver a casa.

REACCIONES EN PERÚ

Para Herbert Cuba García, portavoz de la Asociación Médica, "estos cambios genéticos no están permitidos en Perú". Además, donde se realizado el ensayo "son hospitales públicos donde acude población muy pobre". En consecuencia "aquí se ha tratado de una discriminación por pobreza".

Por su parte, abogados defensores de los derechos del niño del país, se han pronunciado también sobre el caso, al que han considerado como "una expresión de violación a las leyes y al Código del Niño y el Adolescente". "Los niños como cualquier persona y ser humano, tienen derecho a que su salud y desarrollo sean libres, sobre todo si no se tiene seguridad de cuales son los resultados de estos experimentos", explicó a la prensa Norma Rojas, abogada de la organización 'Acción por los Niños'.

Por su parte, la ministra de salud de Perú, Pilar Mazzeti, señaló que el Gobierno ya ha solicitado, tanto al director del establecimiento como al Instituto Nacional de Salud y a una serie de organismos involucrados en el asunto, que informen al respecto para ver si se ha cumplido con todos los requisitos necesarios en cuanto a la posibilidad de hacer ensayos y en particular con menores de edad.

Este arroz transgénico ha sido desarrollado por una pequeña empresa biotecnológica de Estados Unidos, Ventria, con base en Sacrameneto, California, especializada en el desarrollo de cultivos farmacéuticos.

La empresa Ventria ha tenido muchas dificultades para sembrar arroz transgénico en Estados Unidos. La oposición ha surgido no sólo de las organizaciones ecologistas, sino también de varios sectores de la industria que temen que sus productos se contaminen, lo que tendría un resultado fatal para sus negocios. Se considera que aun no existen suficientes métodos de aislamiento para impedir la contaminación genética a partir de este tipo de cultivos.

Un informe realizado por Amigos de la Tierra, Centre for Food Safety, Consumers Union y Environment California identificaron algunos riesgos a la salud relacionados con que el consumo del arroz transgénico de Ventria, ya que las proteínas farmacéuticas humanas sintetizadas en plantas transgénicas, bacterias u otros mamíferos, "son generalmente diferentes que las producidas por los seres humanos, y esto genera una serie de problemas".

Al ser diferentes, el cuerpo humano reconoce como ajenas a estas proteínas, desencadenando una reacción inmunológica que puede desactivar al fármaco. En algunos casos, puede también desactivarse las proteínas sintetizadas en el cuerpo humano, produciéndose desórdenes inmunológicos.

Los defensores del proyecto sostienen que la diarrea aguda es la segunda causa infecciosa más común en niños menores de cinco años. Pero es importante señalar que para reducir la mortalidad producida por la diarrea aguda "hay que atacar las causas estructurales que la producen", como un pobre sistema de salubridad y agua potable, el escaso acceso a la salud en sectores del campo y zonas suburbanas de las grandes ciudades, y la educación a los padres sobre el uso de la terapia de rehidratación oral que consiste en dar a los menores agua limpia con una proporción correcta de azúcar y sal.

Para la Asociación Médica peruana, la solución al problema "no se encuentra en desarrollar sofisticados cultivos farmacéuticos que han sido rechazados en varios países del mundo", y que, en cualquier caso, y una vez que salgan al mercado, "no van a ser accesibles para las poblaciones más deprimidas de Perú".

Aunque desde la empresa se defiende que esta experimentación fue hecha con la aprobación escrita de los padres o tutores de los menores, "nos preguntamos si ellos conocían todos los impactos que pueden enfrentar sus hijos lactantes al ser tratados con estos productos transgénicos, que no han sido aprobados en ningún país del mundo", agrega García.

A su juicio, esta "es una prueba más de las aptitudes colonialistas que tienen las empresas estadounidenses con respecto a los países de América Latina".