"La vara de medida para considerar que se hace realmente RSC ha ido subiendo, y ya no bastan las RRPP ni la filantropía convencional"
MADRID, 22 May. (EUROPA PRESS) -
Casi la mitad de las empresas más importantes del mundo elaboran informes regulares sobre sus actividades sociales, de gobierno corporativo y de Medio Ambiente. Con este punto de partida, el economista Bernardo Kliksberg se cuestiona qué está pasando en el mundo empresarial en relación con la RSE en un artículo publicado en el diario argentino 'La Nación' donde recoge las experiencias de las organizaciones que han desarrollado sus políticas de gestión socialmente responsable. A su juicio, ha llegado la hora de que las empresas líderes "expandan" su labor de RSC.
En este sentido, el economista destaca que "la RSE es una exigencia de la sociedad y de los inversores". Ya en una reciente reunión sobre fondos de pensiones de la ONU los asistentes concluyeron que "estas actividades tienen claros efectos materiales en el largo plazo, y las empresas y los inversores que no las tienen en cuenta lo hacen a su propio riesgo".
El gigante de la banca de inversiones, Goldman Sachs resalta que "las consideraciones de Medio Ambiente y sociales cuentan". "En un mundo cada vez más complejo son parte de la calidad de la gerencia necesaria para competir exitosamente", dice. Según muestra un estudio de la firma de servicios PricewaterhouseCoopers, los balances sociales "están cobrando cada vez mayor importancia en la toma de decisiones".
COMPROMISO 'A FONDO'
En opinión de Kliksberg, la vara de medida para considerar que una empresa hace realmente RSE "ha ido subiendo". "No bastan las relaciones públicas, ni la filantropía convencional". "Actualmente se está pidiendo un compromiso a fondo e impactos concretos", apunta. De este modo, vincula el crecimiento de la RSE a las "presiones combinadas de una sociedad civil cada vez más activa, consumidores organizados e inversores ansiosos".
Ampliar las acciones de RSE es una de las necesidades que apunta Kliksberg para desarrollar una gestión "ética", concretamente en América Latina. "Para alcanzar la medida, una empresa debería cumplir las exigencias medioambientales, de buen gobierno corporativo, de responsabilidad con su personal y los consumidores, de participación en programas de interés público y de información", apunta.
De este modo, "hay un largo camino por recorrer en la región en todos estos aspectos". Según la directora del Proyecto 'América Sostenible', desarrollado en el Centro de Derecho y Política de Yale entre 1990 y 2003, Monica Araya, "sólo el 6% de los informes de sostenibilidad publicados en América fueron de América latina". Pero, además, señala el artículo, en un continente con tanta pobreza y desigualdad, "la empresa debe poner los activos a disposición de esas causas en alianzas estratégicas con las políticas públicas y las ONG".
Por otra parte, apunta, "en una región donde la familia es un valor colectivo, y según las encuestas la institución más respetada por los jóvenes, las empresas deberían buscar vías innovadoras para conciliar trabajo y familia". En este sentido, destaca el ejemplo de España donde dice, "ya ha surgido el concepto de empresa familiarmente responsable".
Como requisito característico, en América Latina "la RSE debería incluir un replanteo del pacto fiscal vigente" ya que, --señala--, las metas de garantizar a todos educación y salud de buena calidad, apoyar la pequeña y la mediana empresa, superar las discriminaciones de etnia, color y género y cubrir a la tercera edad requieren amplias concertaciones y más recursos fiscales".
Sin embargo, a pesar de las exigencias que la gestión responsable pueda introducir "la empresa no parece correr riesgo alguno al asumir una agenda actualizada de RSE", anota Kliksberg.
"Nuestras empresas empiezan a ver que es un claro elemento diferenciador en los mercados, notan que las mediciones de clima laboral muestran que nuestros colaboradores se sienten más motivados y satisfechos", explica. "Sienten que iniciar procesos de diálogo y consulta con sus principales públicos interesados ayuda a identificar nuevas posibilidades de negocios, a disminuir riesgos y fortalecer la reputación" expresó el presidente".
Sin embargo, alerta el economista, "los riesgos los correrán las empresas que no practiquen una RSE de alta calidad, en sociedades que tienen una aguda sed de ética en todos los ámbitos".
