MADRID, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -
La organización de defensa del mar Oceana manifestó su satisfacción por la multa de 57 millones de euros impuesta por la Comisión Europea a Francia por permitir la captura y comercialización de merluza de tamaño inferior al permitido y advirtió de que este tipo de medidas podrán repetirse en España.
Según informa la organización en un comunicado, la captura de estos ejemplares de merluza de pequeño tamaño "se ha convertido en una práctica habitual" en varios mercados europeos, a pesar de la prohibición absoluta a nivel continental.
Asimismo, resaltaron que en España "también es habitual" encontrar muchos 'pezqueñines' de merluza, en la mayoría de los casos de la conocida como carioca. Los ejemplares ilegales comercializados se encuentran entre diez y veinte centímetros, tamaño muy por debajo de la talla permitida.
Esta multa impuesta al Gobierno francés podría extenderse a España si no se toman las medidas necesarias, según advirtió Oceana, para evitar la pesca indiscriminada de peces con tallas inferiores a las autorizadas.
La merluza capturada en la zona sur del continente comprende especies obtenidas desde las costas de la península Ibérica hasta las del Reino Unido, incluyendo las del Cantábrico y del Golfo de Vizcaya.
En este sentido, los científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) llevan tres años recomendando la paralización de la pesca "por el mal estado del stock, propiciado por la abusiva captura de especimenes subadultos".
De entre los diferentes métodos de captura de la merluza, entre los que se encuentran el palangre de fondo, las redes fijas o el arrastre, esta última es "la que provoca mayores capturas de especies inmaduras", alcanzando, en ocasiones, el 70% de las especies capturadas.
Por esta causa, la cantidad de pescado obtenido en el sur de Europa ha descendido de entre las 15.000 y 25.000 toneladas que se lograban durante los años noventa, a las 5.000 que se consiguen en la actualidad.
La medida mínima establecida por la Unión Europea para la merluza en el Atlántico y el Cantábrico es de 27 centímetros, y según Oceana, aún cumpliendo con la legislación, "se estaría poniendo en peligro a la especie", puesto que la mayoría de los peces no empiezan a reproducirse hasta superar los 34 centímetros, por lo que desde la organización solicitaron que se modifique la normativa para proteger a estos peces.
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