RSC.- Tribuna de Expertos: José Luis Segura, responsable de Comunicación de Maderas Nobles de la Sierra de Segura

Actualizado: lunes, 18 junio 2007 14:06

"Árboles contra el cambio climático".

MADRID, 18 Jun. (EUROPA PRESS) -

Me dijo un día el ecologista y escritor Mariano Bueno que, según un estudio hecho en Japón, las personas que habitan en zonas arboladas, con vegetación y verde a la vista y al alcance, viven una media de siete años más que las que no. No sé si será para tanto. Lo que sí sé es que desde que vivo en un piso sin más vista que otros pisos no hay día que no recuerde y añore las huertas, las vacas lecheras y los árboles que alegraban las ventanas de la casa donde me crié, en un barrio obrero al pie del monte. ¿La nostalgia de la infancia que nos brota a cierta edad? Algo habrá.

Tal vez, además, eso que dice Javier Sánchez, el presidente de la Fundación '+ Árboles', de que a medida que nos hacemos mayores crece, en general, nuestro interés por el mundo vegetal; y queremos plantas en casa, un jardín en la puerta, una huertita, un bosque a mano por el que estirar las piernas Y les grabamos a los críos los documentales de bichos de la tele, y les regañamos si se cuelgan, como nosotros de niños, de los arbolitos recién puestos por el ayuntamiento en el enésimo ensanche de la urbe, y nos acercamos a los actos del día del árbol, y nos plantamos la selva amazónica o un bosque de Canadá como salvapantallas del ordenador, Y algunos, claro, van mucho más allá.

Yo creo que la humanidad está alcanzando esa edad en la que empieza a preocupar el futuro y se hace repaso y evaluación de lo andado. A lo peor no tanto por simple madurez evolutiva o racional como porque la naturaleza lleva tiempo diciéndonos a gritos que vamos por mal camino y demasiado rápido, y encima ha empezado a devolver los golpes.

El cambio climático ya no es una predicción catastrofista de unos ecologistas exaltados o de unos científicos a contrapelo. El cambio climático está en los telediarios, en la mesa del G8, en las salas de cine, en los planes de la ONU, en las campañas electorales, en la tertulia del bar, porque lo tenemos ya tocando a nuestra puerta.

Es el deshielo de los glaciares andinos y es el mosquito tigre en Barcelona; es la fusión del permafrost en Alaska y son las medusas en las playas mediterráneas; las tormentas de polvo del desierto sobre Pekín y los osos asturianos que el pasado invierno no han hibernado; el galopante adelgazamiento de la capa de hielo del Ártico y las olas de calor sahariano en media Europa; las inundaciones inusuales en la otra media (o en la misma) y los árboles cantábricos floreciendo a finales de enero.

Y quiero pensar que de esa reflexión estructural surgirá un golpe de timón que corrija el rumbo. Lo piensa también Juan Valero, el fundador y administrador de Maderas Nobles de la Sierra de Segura, donde trabaja un servidor. "Asistimos a un cambio de ciclo y de paradigma", dice. "Estamos en el tránsito de la era de los combustibles fósiles y del desarrollismo aparentemente sin límites a la era de las energías limpias y del crecimiento sostenible. Nos encontramos, además, ante la gran acechanza que suponen los efectos del cambio climático.

"Estamos en una gran crisis. Pero recordemos que crisis, en la cultura china, una de las más antiguas de la humanidad y con ciertos hilos conductores hasta nuestros días, el concepto crisis, decía, lo definen dos pictogramas: uno significa peligro; el otro, oportunidad".

Algo está cambiando, sí, amén del clima. Ahora, el personal de a pie (pongamos Las Navas del Marqués, Soria) se encadena a los árboles --junto a los ecologistas de siempre-- para evitar una nueva macrourbanización con campos de golf, esa lacra.

Hace unos años, el triste páramo que es más de media España provocaba pena, cuando no indiferencia. Hoy va generando, además, irritación y preocupación. Porque quien más quien menos va sabiendo que el calentamiento global se debe en gran medida a los gases contaminantes producto de nuestra forma de vida, un modelo que se agota, que los árboles son fundamentales para la absorción de CO2 (el principal gas de efecto invernadero), que el planeta ha perdido más de la mitad de la masa forestal que tuvo en otros tiempos, que seguimos deforestándolo, que la gestión forestal sostenible está todavía en pañales.

En España, sólo el 5% de los bosques dispone de un plan de gestión, según WWF/Adena. "La política forestal resulta casi inexistente; una política que debería conjugar el aprovechamiento económico de los bosques y el de sus valores medioambientales y sociales", dijo Félix Romero en un observatorio forestal organizado por Maderas Nobles.

"Plantar árboles y usar inteligentemente los recursos forestales es una prioridad absoluta para el futuro del planeta", asegura el periodista y ecologista Jordi Bigues.

"Para afrontar los graves riesgos de la deforestación y la pérdida de biodiversidad urgen nuevas políticas, encaminadas a la sostenibilidad, con la creación de más y mayores espacios protegidos, mayor eficiencia en el consumo de madera, establecer normas de etiquetado en la línea del Forest Stewardship Council (FSC), aumento del reciclaje de papel y cartón, repoblaciones con especies adecuadas en zonas deforestadas, mayor equidad social que evite la emigración a la llamada frontera forestal, y prácticas de gestión forestal menos depredadoras en la extracción de madera y otros productos forestales, la caza y la pesca, el turismo y el ecoturismo", apunta José Santamarta, director de Worldwatch. Plantar 1.000 millones de árboles. Ese es el recado para este año del Programa de Naciones Unidas. Para empezar.

"Hemos cortado, despilfarrado y quemado buena parte de nuestro capital natural", apunta Juan Valero. "Unos por acción y otros por omisión, todos somos responsables. Pero el tiempo de la depredación y de la complicidad tocan a su fin". Por eso Valero, hombre de acción, montó una empresa para la producción sostenible de madera de calidad, para la regeneración del bosque autóctono mediterráneo y la compensación de emisiones contaminantes mediante la plantación de árboles.

Por eso Maderas Nobles de la Sierra de Segura y la Fundación '+ Árboles' han convocado el Primer Encuentro Internacional de Amigos de los Árboles, que se celebra este sábado, 23 de junio, en Barcelona, y van a presentar un plan de acción para iniciar la plantación masiva de árboles en la península Ibérica como 'barrera verde' frente a la desertización y el cambio climático.

Al Gore, Vandana Shiva, Cristina Narbona, Joaquín Araújo, Joaquín Nieto (CCOO), Amigos de la Tierra, Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono, Ecologistas en Acción, Fundación Matrix, Fundación '+ Árboles', Greenpeace, Plataforma Rural, Seo/Birdlife, Triodos Bank, o WWF/ Adena estará presentes. Un cartel impresionante, un paso en firme en la construcción de una nueva cultura del árbol, una oportunidad inmejorable para reunir fuerzas y ponerlas a trabajar.

José Luis Segura.

Periodista y Responsable de Comunicación de Maderas Nobles de la Sierra de Segura.