MADRID, 22 May. (EDIZIONES) -
La probable subida de tipos en Estados Unidos en septiembre y, por tanto, la divergencia entre las políticas económicas del país norteamericano y el BCE suscitan una pregunta: ¿alcanzará el euro la paridad con el dólar?. En las últimas fechas, los buenos datos macro de la eurozona han elevado levemente la cotización de la divisa comunitaria, pero puede tratarse de un movimiento a corto plazo.
Para entender los movimientos de divisas y la evolución de los diferentes pares, Mercado Financiero entrevista a Enrique Díaz-Alvarez, director de Riesgos de Ebury.
- Muchas de las miradas de la actualidad se dirigen a Grecia, ¿cómo afecta la situación de incertidumbre al euro?
Pensamos que el Eurogrupo y Syriza se encuentran más cerca de un acuerdo de lo que se percibe. En temas claves, como la legislación laboral, el Eurogrupo parece dispuesto a ceder la iniciativa sobre medidas específicas al Gobierno griego, siempre y cuando se respete la necesidad de obtener un superávit primario modesto. Los movimientos que estamos viendo en el euro (la subida de 1,05 a cerca de 1,15 y la bajada reciente) tienen que ver más con factores técnicos del mercado. En particular, el posicionamiento excesivo que veíamos hace unas semanas en favor del dólar, que suele propiciar movimientos en la dirección opuesta (en este caso, subida del euro). Ahora que ese posicionamiento está más equilibrado, estamos viendo cómo el euro retoma la senda de una depreciación gradual.
- Juncker confía en que se alcance acuerdo entre el país heleno y sus acreedores a finales de mayo o principios de junio, ¿qué repercusiones podría tener esta hipótesis en la divisa comunitaria?
Quizás un rebote a muy corto plazo en el momento en que se confirme el acuerdo. Pero a medio plazo el principal motor de la cotización será la evolución de la economía y la inflación en la eurozona, y el correspondiente impacto en la política monetaria del BCE.
- Tras estar por debajo de los 1,05 dólares en marzo, este par se sitúa ahora por encima de los 1,10 dólares. ¿Hemos alcanzado una fase de estabilidad?
A corto plazo sí. Sin embargo, nuestra previsión es que la economía estadounidense se recuperará rápidamente del bajón causado por el duro invierno, y que a medida que las subidas de tipos en EEUU se hagan realidad el euro retome la senda hacia la paridad.
- Hay cierto consenso en que Estados Unidos subirá los tipos, probablemente en septiembre, ¿cómo afectará a la cotización de este cruce?
Estamos de acuerdo con este consenso. Tal y como indicamos, pensamos que ello volverá a presionar el euro gradualmente a la baja hacia la paridad a fin de año.
- En cualquier caso, ¿cuál cree que es el horizonte para este par a finales de este año? y por qué?
El horizonte es la paridad, debido a que las políticas monetarias de la Fed y el BCE se moverán en direcciones opuestas a lo largo de este periodo de tiempo.
- También parece que el Banco de Inglaterra subirá los tipos no muy tarde, ¿qué comportamiento cabe esperar de la divisa británica?
Efectivamente, según nuestras previsiones, el Banco de Inglaterra seguirá a la Fed con un retraso de tres trimestres, aproximadamente. Ello le llevará a comportarse a medio camino entre el dólar y el euro, apreciándose contra éste y devaluándose moderadamente frente a la divisa estadounidense.
- Por cierto, las elecciones en Reino Unido han impulsado el riesgo de una posible salida de este país de la UE a medio/largo plazo si así lo determinan los ciudadanos en un referéndum ¿Cree que podría ser un peligro real para ambas economías?
De suceder, sí, sería muy negativo, sin duda. Pero no ocurrirá nada antes de 2017 y los mercados no suelen mirar tan adelante.
- La economía japonesa creció en el primer trimestre al mayor ritmo en un año, ¿qué movimientos espera para el euro/yen a lo largo del año?
A pesar de esta sorpresa positiva en el crecimiento de la economía, el Banco de Japón ha admitido que no cumplirá su objetivo de inflación. Por tanto, esperamos nuevos estímulos monetarios que presionarán a la baja al yen frente al dólar, manteniéndose más o menos constante frente al euro.
- Por último, la intención del BCE es mantener el QE hasta finales de 2016, siempre dependiendo de la inflación. ¿Deberíamos acostumbrarnos a tener un euro débil durante mucho tiempo?
Sin duda. Un euro débil será un factor crítico que facilitará el crecimiento orientado a exportaciones que necesita la periferia en Europa, y sin el cual la convergencia económica con centroeuropa sería aún más dolorosa.