MADRID, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -
El 64% de los regadíos españoles han mejorado desde 2004 su eficiencia al incorporar tecnologías más avanzadas y respetuosas con el medio ambiente, según recogen los datos de la Encuesta de Superficies y Rendimientos de Cultivos (Esyrce) publicada hoy el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Algunas de estas mejoras se han producido gracias a sistemas más eficaces en el ahorro de recursos hídricos que distribuyen el agua por goteo o microaspersión, frente el riego por gravedad, caracterizado por el reparto del agua en la superficie de la parcela mediante surcos, o directamente desde las acequias o canales.
Según el estudio, del total de superficie de regadío en España que asciende a 3,3 millones de hectáreas, el riego localizado se utilizó en el 41,6% de la superficie, es decir, en 1,3 millones de hectáreas frente al riego por gravedad que ocupó el 35% con 1,1 millones de hectáreas.
Asimismo, los dos sistemas suponen el 76% de los regadíos, situándose en posiciones inferiores el riego por aspersión, utilizado en el 22,5% de la superficie.
Por sectores, destacó el predominio del riego localizado en el olivar y viñedo, por encima del 85%, seguido por los frutales y los cítricos con más del 60%. Por otro lado, la mitad de la superficie de hortalizas, incluidas las de invernadero, se regó con estos sistemas más modernos, realizándose el resto por gravedad y aspersión.
El sistema de riego también se utilizó para la mitad de la superficie dedicada a tubérculos y cultivos industriales, como la remolacha, el girasol o el algodón. Sólo los cereales y las plantas forrajeras fueron cultivos en los que el riego por gravedad ocupó 60% de su superficie.
En relación con el territorio, las principales Comunidades Autónomas con superficie de riego fueron Andalucía con 927.957 hectáreas, el 28% del total estatal, Castilla La Mancha, con 426.674 hectáreas (13,9%), Castilla y León, con 414.659 hectáreas (12,5%) y Aragón, con 378.869 hectáreas (7,6%).
En cuanto al uso de los sistemas de regadío, el uso de riego se localizó principalmente en Andalucía, con un 44,5%, mientras que el sistema por aspersión estuvo más concentrado entre Castilla León, Castilla La Mancha y Andalucía, representando todas ellas más del 70%. Por otra parte, el riego automotriz destacó en Castilla y León y Castilla La Mancha, mientras que la superficie regada por gravedad se distribuyó entre Aragón y Andalucía.
