BRUSELAS 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, defenderá mañana junto a sus colegas de Bélgica, Grecia, Francia, Italia, Chipre, Malta, Portugal y Eslovenia que la UE se dote de una política común para hacer frente a las sequías y prevenir en lo posible sus efectos, a los que deberían destinarse fondos europeos.
España y los otros ocho países solicitarán en el Consejo de Medio Ambiente que se celebra mañana que la Comisión Europea presente un informe sobre la situación actual de la sequía en la UE como muy tarde en octubre de este año, aunque las delegaciones subrayan que preferirían que fuese antes, en el Consejo de junio.
"La sequía provoca un gran daño medioambiental y pérdidas socioeconómicas. La provisión de apoyo financiero para prevenir y mitigar estas consecuencias parece, por tanto, esencial. Fondos europeos apropiados dentro de los instrumentos ya existentes tendrían una función a este respecto", indica el documento.
Las nueve delegaciones elaboraron un documento que pone en evidencia que "la escasez de agua es una gran cuestión relativa a la gestión de agua y la protección medioambiental" que provoca "un serio daño" en el medio ambiente y "pone a los ecosistemas acuáticos bajo presión"; debido a que obliga a abusar de los recursos hídricos.
En esta situación, España se sumó al grupo de Estados miembros que, aunque se muestran conscientes de que la sequía es "un fenómeno natural", señalan que "debería gestionarse de manera planificada". Para ello, el documento propone medidas que deberían ser tomadas en cuenta por la Comisión a la hora de hacer el informe de estrategia que reclaman.
En términos generales, demandan una estrategia comunitaria con acciones a largo plazo a escala local, regional y nacional sobre los riesgos que supone la sequía para limitarlos mediante estrategias concretas.
Los ministros lanzan un llamamiento para que la sequía, que "no es sólo un problema local", sino que "afecta a muchas regiones de la UE", sea tratada como un "problema de preocupación común" para toda la UE. Consideran "deseable" la "coherencia y coordinación" entre las iniciativas que se lleven a cabo a lo largo de Europa y el intercambio de información sobre sus logros.
Reclaman también que se tomen medidas para "prevenir el deterioro" de las aguas de superficie y subterráneas, algo que estos nueve países consideran que no puede "improvisarse". Para ello proponen un sistema de gestión de crisis y riesgos, de manera que se pueda "minimizar" el efecto de las sequías y promover que las zonas afectadas sean capaces de recobrarse de ellas lo más rápidamente posible.
Por otra parte, los ministros reclaman una acción pormenorizada de los Estados miembros y de la Comisión, con sus "poderes respectivos", para "mejorar el nivel de protección contra la sequía y reducir el riesgo potencial para los ciudadanos de la UE, las propiedades y el medio ambiente, tomando en cuenta los efectos a medio y largo plazo que se pueden esperar del cambio climático".
Asimismo, lanzan un mensaje también al "público general y las autoridades competentes", que tienen que "ser más conscientes de la escasez de agua y la sequía".
GOTA FRÍA
Por otra parte, los ministros europeos de Medio Ambiente analizarán la propuesta de directiva para la evaluación y gestión de las inundaciones, otro fenómeno meteorológico que ha afectado a distintos países europeos en los últimos años.
Narbona solicitará que el proyecto de ley que elabora de momento la Comisión Europea incluya no solo las inundaciones y riadas causadas por el desbordamiento de ríos, sino también las "avenidas" de agua que registra la costa del Mediterráneo cada año a final de verano o principio de otoño.
En términos generales, se trata de establecer en la UE sistemas de control y prevención entre los distintos países para reforzar la capacidad de reacción, creación de mapas de riesgo e informar a la población, explicó una fuente diplomática española que apuntó que para España "también es importante" que se incluya el fenómeno de la "gota fría" que registran cada año las comunidades mediterráneas.
OGM
En otro orden de cosas, el primer Consejo de Medio Ambiente auspiciado bajo Presidencia austriaca de la UE celebrará un debate de orientación sobre la situación de los organismos genéticamente modificados (OGM).
Austria, país tradicionalmente opuesto a la presencia de OGM en la UE, dirigirá el debate mediante un documento en el que cuestiona los métodos de autorización de estos productos. Según explicaron fuentes de la Presidencia, Viena preguntará a los ministros sobre el hecho de que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria sólo tome en cuenta informes sobre riesgos de estos OGM elaborados por ella misma y no por expertos ajenos a ella.
El mecanismo habitual para la aprobación de OGM es que los Estados miembros no logran la mayoría cualificada para aceptar o rechazar, por lo que la cuestión vuelve a la Comisión Europea, la institución autora de la propuesta y que finalmente la adopta. En este punto, Viena pone en tela de juicio que, a su vez, la Comisión Europea sólo toma en cuenta las opiniones de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria.