Economía/Comercio.-Las ventas de las conserveras pueden caer 20 millones anuales en 2006 y 2007 por la crisis de anchoa

Actualizado: jueves, 14 diciembre 2006 19:25

Si no cambia la situación, en ese mismo tiempo se perderían como "mínimo entre 230 y 250" empleos, según un estudio de Sodercan

SANTANDER, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -

Las ventas de las conserveras cántabras podrían caer a un ritmo anual del 16,56% en los años 2006 y 2007 si se mantiene la actual situación de crisis en la costera de la anchoa, lo que en términos absolutos supone unas pérdidas de casi 20 millones de euros anuales, pérdidas que podrían aumentar en función del comportamiento sectorial general.

Según el 'Estudio de Mercado y Sectorial del Sector Conservero en Cantabria', encargado por la Sociedad para el Desarrollo Regional (Sodercan), hasta ahora "la crisis de la costera no ha empezado a notarse de forma drástica", pero podría sentirse "a partir de 2006 y 2007 si se confirma la carencia de anchoa del Cantábrico".

En ese periodo, no sólo pueden perderse el 16,56% de las ventas anuales, sino también "centenares" de puestos de trabajo, "sobre todo femeninos, lo cual incidirá negativamente en las economías" de la zona oriental de Cantabria, donde se asientan la mayor parte de las conserveras.

En 2005 se estima que se destruyeron el 3,75% de las horas de personal temporal, pero en 2006 y 2007 el impacto sobre la mano de obra total podría alcanzar el 13,25%, como "mínimo entre 230 y 250 empleos", o incluso más en función de las soluciones que se adopten para hacer frente a la situación.

Lo que "llama la atención", según se indica en el estudio, es que existe "pesca similar en otros caladeros a los cuales no se ha acudido como alternativa", por lo que se apuesta por implantar mecanismos "que permitan acceder a la pesca de anchoa similar en otros lugares". El informe reconoce que ya se está importando producto, pero principalmente de calidad más baja.

Por otro lado, también advierte de posibles riesgos futuros, por ejemplo, qué podría suceder si países terceros, a los que se compra actualmente materia prima, aprovecharan su ventaja de tener mano de obra barata para producir y envasar directamente el producto.

Aunque el estudio precisa que "no parece ser una amenaza inminente en los productos de calidad", asegura que "debe tenerse en cuenta a medio y largo plazo" y es, por tanto, "un motivo más para potenciar lo difícil de imitar", es decir, "el producto hecho en Cantabria", que se diferencia por un "proceso artesanal específico".

PÉRDIDA DE PESO DEL SECTOR

La crisis de la anchoa se produce además en un contexto de pérdida de peso del sector en las tres últimas décadas. De hecho, según el informe, en los últimos 25 ó 30 años han desaparecido el 23,75% de las empresas del sector, se han recortado unos 1.400 empleos y la rentabilidad sigue disminuyendo, situándose en la actualidad en el 6,69%.

Con este panorama no es de extrañar que la "incertidumbre" esté asentada entre los empresarios del sector, como se constata en la encuesta realizada para este estudio a 40 de las 61 empresas conserveras cántabras, que advierten una "regresión sectorial" y manifiestan su "incertidumbre", tanto por el descenso de las capturas de anchoa, como por la "pérdida de elementos diferenciadores".

PEOR EN LAS PEQUEÑAS EMPRESAS

Aunque el 65% de las empresas entrevistadas no prevé impacto en sus ventas en los próximos dos años (2006 y 2007), un 7,5% cree que la pérdida de las ventas será total y un 2,5% asegura que será del 80%. Otro 7,5% de las conserveras cree que perderá la mitad de sus ventas, un 12,5% cifra las pérdidas entre el 20% y el 25% y otro 5% de las empresas sostiene que perderá el 10% de sus ventas.

Las empresas grandes y medianas son las que prevén menores impactos. En estos grupos el 75% sostiene que no tendrá pérdidas, mientras que en las pequeñas empresas dicho porcentaje se sitúa en el 69,23% y en las muy pequeñas sólo el 53,33% descarta pérdidas.

PROPUESTAS DE FUTURO

Tras analizar la situación de partida y las perspectivas del sector, el estudio perfila algunas medidas de futuro para intentar paliar el impacto de la crisis. Apuesta, por ejemplo, por "preservar las fabricaciones de calidad, facilitar el acceso a materias primas adecuadas" y desarrollar una regulación para el producto 'hecho en Cantabria'.

Propone igualmente un impulso de empresas de mayor tamaño que ejerzan como "tractoras" sobre las demás, por fomentar las alianzas empresariales y por el diseño de medidas de apoyo a las empresas para mejorar su calidad de gestión empresarial y de costos, junto con la calidad de comercialización.