OVIEDO, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los acreedores de la fábrica de loza de San Claudio aprobaron por un 60 por ciento el convenio presentado por la empresa el pasado mes septiembre y aceptado por el Juzgado de lo mercantil número 1 de Oviedo. Durante la votación que se celebró hoy en el Juzgado Mercantil de Oviedo tan sólo dos acreedores minoristas votaron en contra del plan propuesto por la empresa y 38 se abstuvieron, según manifestaron fuentes de la fábrica a Europa Press.
Esta decisión de los acreedores supone para el propietario de la factoría, Álvaro Ruiz de Alda, una quita del 75 por ciento de sus créditos. La Fábrica Loza de San Claudio propone adicionalmente a sus acreedores ordinarios una espera de cinco años en el pago del importe de los créditos que resulten tras la quita y un fraccionamiento del saldo resultante en cinco plazos anuales iguales y consecutivos, sin devengo de intereses salvo en los casos legalmente previstos, a contar desde la fecha de la firmeza de la sentencia aprobando el convenio.
La deuda de Loza de San Claudio ronda los tres millones de euros y los principales acreedores de la factoría son la Agencia Tributaria y la Tesorería General de la Seguridad Social. El resto se distribuye entre particulares, proveedores y empresas en cantidades más fraccionadas.
El documento incluye un plan de viabilidad del que resulta que 45 trabajadores serán prejubilados y 51 despedidos, mientras que la factoría continuará su actividad con 43 trabajadores, fabricando las piezas en San Claudio y enviándolas al exterior para su decoración y esmaltado y un plan de pagos.
Por su parte, la presidente del comité de empresa de la fábrica de loza de San Claudio, María José Mon, mostró su "pesimismo" ante la decisión de los acreedores y manifestó que "sus ilusiones se desvanecieron con el auto del juez" que aceptó las condiciones del propietario de la locería.
Aun así, Mon señaló que los 43 trabajadores que continuarán sus labores en la fábrica estarán "vigilantes" para que Ruiz de Alda no pueda sacar nada de la fábrica ya que está protegido por la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) por la Consejería de Cultura del Principado. "Aunque Alda se las arreglará con sus artimañas para poder saltarse las normas", añadió.
