BARCELONA 3 Nov. (EUROPA PRESS) -
El grupo químico alemán Basf cerrará a final de año su planta de poliestireno de Tarragona, una medida que afectará a 26 trabajadores, que se acogerán a prejubilaciones o serán recolocados en otras plantas del grupo, según confirmaron a Europa Press fuentes de la empresa.
La planta cerrará el próximo 31 de diciembre y su producción se repartirá entre las fábricas de Ludwigshafen (Alemania) y Amberes (Bélgica), que centralizarán la producción de poliestireno en Europa después de que haya disminuido su demanda en Europa Occidental, según publicó hoy 'Diari de Tarragona'.
El motivo, según Basf, es el traslado de la producción de los aparatos que requieren poliestireno a Asia, como es el caso de los CD, y que los televisores cada vez incorporan menos plástico en sus carcasas, otro de los destinos del poliestireno, que también se utiliza para el recubrimiento interno de los frigoríficos.
Dirección y sindicatos todavía han de concretar el futuro de los trabajadores de la planta de Tarragona, pero de momento están sobre la mesa entre tres y cinco prejubilaciones pactadas, seis recolocaciones en puestos de nueva creación y recolocaciones en los puestos que dejarán vacantes jubilaciones anticipadas pactadas anteriormente en otros centros de la compañía.
Basf obtuvo un beneficio de 613 millones de euros en el tercer trimestre del año, un 24% menos que en el mismo periodo de 2005, y anunció ayer otros 2.000 despidos relacionados con recientes adquisiciones y con un plan de ahorro de costes, aunque especificó que la mayoría se realizarán en América y Asia.
Por lo que respecta a Tarragona, la multinacional aseguró que el cierre de la planta de poliestireno no interferirá en la producción de otros polímeros. Por otra parte, tiene planes de crecimiento en otros productos en Tarragona, como es el caso del tráfico de graneles y propano, que prevé duplicar mediante la ampliación de sus instalaciones portuarias.
El centro que cerrará es el más pequeño de los tres que producen poliestireno en Europa --los otros dos son los que absorberán la actividad de Tarragona-- y está especializado en este material.
Empezó a funcionar en 1978 y resultó afectado por las lluvias de septiembre, que provocaron el desbordamiento de las rieras de La Boella y La Beurada y que paralizaron las instalaciones de Basf durante 15 días.