TOKIO, 26 May. (EP/AP) -
La compañía de Internet Livedoor admitió hoy su culpabilidad en la violación de las normas sobre valores en la apertura hoy del juicio sobre supuesta información falsa y manipulación de títulos en el grupo, que ha suscitado dudas sobre los controles a empresas en Japón.
El ex presidente de Livedoor, Takafumi Horie, arrestado en enero, será juzgado en otro proceso en una fecha por fijar. Horie, en libertad bajo fianza desde abril, ha reiterado su inocencia.
El ex ejecutivo de Livedoor Ryoji Miyauchi, uno de los acusados en el juicio que comenzó hoy en el tribunal de distrito de Tokio, admitió malas prácticas, al confirmar que participó en el 'retoque' de los libros de la firma, según la agencia Kyodo. "Los métodos de gestión no fueron buenos", dijo Miyauchi a la televisión NHK, y añadió que sólo le queda esperar la decisión del juez.
Además de Miyauchi, están acusados otros dos ex ejecutivos, dos auditores, la propia firma y una filial, Livedoor Marketing. El portavoz de Livedoor, Koichiro Ota, dijo que el grupo no niega los cargos, mientras los abogados de la firma presentaron la declaración de culpabilidad.
Kyodo señaló que los otros acusados reconocieron algunas de las acusaciones, pero se declararon inocentes de otras.
Los tres ejecutivos --Miyauchi, Fumito Okamoto y Osanari Nakamura-- fueron detenidos en enero y acusados de usar intercambios y divisiones de acciones para inflar artificialmente los precios de los títulos, y de dar información falsa acerca de las ganancias de una filial. Otro de los ejecutivos de Livedoor, Fumito Kumagai, fue arrestado en febrero.
El escándalo llevó a los analistas a decir que Japón podría necesitar leyes más claras sobre valores y mayores penas por alterar los libros de cuentas. La violación de esas normas acarrea una pena máxima de hasta cinco años de cárcel y cinco millones de yenes (35.000 euros) de multa.
Desde la detención de Horie, los títulos de Livedoor se desplomaron cerca de un 90% y fueron retirados de la cotización en abril, tras seis años en el mercado.
El controvertido Horie trató de comprar un equipo profesional de béisbol, intervino con frecuencia en programas de televisión y aspiró sin éxito a un escaño en el Parlamento.
