Estima que el BCE dejará los tipos de interés en el entorno del 3% a final de año
MADRID, 30 Mar. (EUROPA PRESS) -
El economista Emilio Ontiveros aseguró hoy que se necesita un pacto de Estado para modernizar la economía española y conseguir así que se dote de herramientas relacionadas con el conocimiento y, por tanto, de más capacidad para competir.
Acompañado de Manuel Lagares, decano-presidente del Colegio de Economistas de Madrid, Ontiveros realizó estas declaraciones en una rueda de prensa para presentar un número extraordinario de la revista 'Economistas', de la que él es director.
Junto a ese pacto de Estado, Ontiveros proporcionó otras recetas que, a su juicio, precisa la economía española para, además de seguir creciendo a buen ritmo, hacerlo de una manera equilibrada.
Así, también defendió la eliminación de obstáculos a la creación de empresas, pues, a pesar de las mejoras de los últimos años, España es uno de los países de la OCDE donde existen más trabas a la hora de crear una empresa. De hecho, recordó, la media española de creación de una empresa está en 45 días (con doce procedimientos administrativos), frente a los dos días de, por ejemplo, Irlanda.
En aras a ganar productividad, Ontiveros abogó por que al ciudadano se le reconozca una "interlocución única digital" con las administraciones públicas, es decir, que cualquiera que quiera crear una empresa o incluso renovar su carnet de conducir pueda hacerlo con su ordenador y a cualquier hora del día, ahorrándose los trámites administrativos actuales.
En el ámbito de la educación apostó por un mayor apoyo a la creación de empresas en las Universidades y por mejorar la Función Pública. En este sentido, respaldó la propuesta del ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, de que los funcionarios que no rindan en su trabajo puedan ser cambiados de actividad.
UN PATRON "HUERFANO DE CONOCIMIENTO".
Ontiveros señaló durante su intervención que la mayor parte de los artículos incluidos en este número extraordinario de la revista 'Economistas' coinciden en que la posición española dentro de la economía mundial es "inequívocamente buena".
También hay coincidencia en el hecho de que la economía española vive, desde hace años, una fase "dulce" de crecimiento, que ha conllevado la creación de mucho empleo, más ingresos para las arcas públicas y una mejora en la situación financiera de la Seguridad Social.
Sin embargo, explicó Ontiveros, en la revista se advierte de que, a pesar de que el crecimiento está siento bueno -superior al de la UE y un punto inferior al de la economía mundial-, la economía española "no crece bien".
"No se perciben de manera suficiente y con intensidad señales de relevo en un patrón de crecimiento vulnerable, parco y huérfano de conocimiento. La economía española tiene que reducir esa asimetría y modernizarse", insistió.
De la misma opinión se mostró Manuel Lagares, quien señaló que, pese a que España destina el 29% del PIB a inversión, no crece más porque "le falla" la Sociedad del Conocimiento, la gran asignatura pendiente de nuestra economía.
Si eso no se corrige, Lagares avisó de que habrá debilidades en el futuro. Sus primeros síntomas ya han empezado a manifestarse en forma de déficit exterior y de inflación. "Nuestros mercados no son los más apropiados, los de más libre competencia, para absorber los impactos de precios", dijo.
EFECTOS DE SEGUNDA RONDA.
En cuanto a los precios de la energía, Emilio Ontiveros afirmó que "no hay nada en el horizonte" que permita aventurar una reducción de los mismos. En su opinión, las economías están demostrando que pueden absorber un precio del barril de petróleo superior a los 60 dólares. Respecto a la economía española, dijo que ya está sufriendo los llamados efectos de segunda ronda a través del "enquistamiento" de la inflación.
Precisamente, señaló que estos efectos de segunda ronda podrían llevar a algunos bancos centrales a alargar "su senda de endurecimiento". No obstante, Ontiveros consideró que el BCE "no dará mucha más caña" hasta final de año, de forma que los tipos de interés podrían acabar el ejercicio en el entorno del 3%, es decir, medio punto más que actualmente. Esto podría cambiar si la economía alemana acerca su crecimiento al 3%, situación que podría llevar al BCE a ser algo más duro en sus decisiones.
