MADRID, 20 Jul. (EUROPA PRESS) -
Cada automovilista español paga un total de 10.848 euros en impuestos relacionados con el automóvil durante la vida útil de su vehículo, la cifra más baja de los Quince, según un informe sectorial de Comisiones Obreras al que tuvo acceso Europa Press.
Para realizar este cálculo, CC.OO. ha tenido en cuenta los impuestos que se pagan por la adquisición de cada automóvil (impuesto de matriculación e IVA), así como los diferentes gravámenes aplicados a la tenencia y el uso del vehículo durante un período de ocho años, considerado como la vida útil media.
En los quince, la 'factura fiscal' media por impuestos sobre la compra y el uso de los automóviles asciende a 16.927 euros. España se sitúa como el país con una menor suma, mientras que los mayores importes corresponden a Dinamarca, con 42.080 euros, y Finlandia con 32.942 euros.
Precisamente, el Consejo de Ministros aprobó hoy una modificación del impusto de matriculación, que se estructurará desde 2008 en cuatro tramos ligados a las emisiones de CO2, lo que supone de hecho una rebaja fiscal para más de 1,1 millones de vehículos.
En el ámbito de los gravámenes sobre la adquisición, el pago por vehículo se sitúa en el caso de España en "apenas 5.000 euros", la cifra más baja también entre los Quince, ya que la media alcanza 7.700 euros. Dinamarca es el país con mayores impuestos, con cerca de 30.000 euros.
Por lo que respecta a los impuestos sobre la tenencia y el uso, el promedio de los Quince se sitúa en 1.200 euros al año. Cada automovilista español debe desembolsar anualmente unos 800 euros, importe superior sólo al de Portugal y Grecia.
Finlandia, Austria e Irlanda superan los 1.600 euros anuales en gravámenes sobre la tenencia y el uso por sus elevadas tasas sobre los carburantes, la tasa anual o los impuestos sobre los seguros.
El informe de CC.OO. pone de manifiesto que la fiscalidad sobre el automóvil en España es la más baja de los Quince para la adquisición y una de las más bajas para la tenencia y el uso, aunque subraya que los países productores con los que compite la industria española (Alemania, Francia, Italia y Reino Unido) y a los que se dirige la mayor parte de las exportaciones "juegan con una importante ventaja en términos de fiscalidad sobre la adquisición de vehículos".
IMPUESTOS Y COMPETITIVIDAD.
En todo caso, el sindicato precisa que la competitividad de la industria no está tan relacionada con la fiscalidad sobre la distribución, sino con gravámenes que afectan a la producción, como las cotizaciones sociales o el impuesto de sociedades.
Sobre este particular, apunta que las cotizaciones sociales en España son inferiores a las de otros países de Europa occidental, mientras que el impuesto de sociedades es relativamente homogéneo, aunque los países anglosajones --especialmente Irlanda-- tienen una fiscalidad más favorable al respecto.
Según CC.OO., a efectos de competitividad del sector, son factores como los costes laborales, la flexibilidad de las plantillas y los acuerdos de colaboración con los proveedores de componentes "los que cuentan".